- · Estado de naturaleza, y
- · Estado de guerra
- · La decadencia e injusticia de un sistema absolutista
- · La importancia de la participación en el ejercicio del poder
Quiero comenzar con un análisis sobre la cultura individualista extraída de los principios cristianos que regía en la época en que Descartes comienza a desarrollar sus reflexiones personales y explicar porqué no considero que haya surgido una revelación a raíz del pensamiento cartesiano, que si bien ensalzó y dio un impacto decisivo al pensamiento individualista e intelectual en general de la época, más bien Descartes ya era uno de esos hombres que habían nacido en una tierra que resultaba fértil para que en los hombres germinara el individualismo, como a la semilla y a la tierra, siendo el hombre esa semilla que no puede evitar florecer al caer en esa tierra fértil, fértil para un pensamiento individualista.
A diferencia del pensamiento grecorromano antiguo, el cristianismo desde sus inicios universalizó la posibilidad de alcanzar la gloria eterna, al menos en el cielo. Así mismo condena al hombre a la soledad de enfrentar por sí mismo la responsabilidad de afrontar su destino, alcanzar su propia salvación. Él por sí solo. Obviamente lo anterior no por medio de la introspección y la reflexión personal, como hace Descartes, sino por medio de la absoluta fe en Dios y la divina providencia.
Aunque el cristianismo pretendió convertirse en una institución rectora y proveedora de todo lo que necesita una sociedad, es una realidad que no tuvo los recursos, probablemente por los recursos tecnológicos de la época, para abarcar correctamente todas las áreas de la vida de los hombres, y el hombre se dio cuenta al paso de los siglos, que el único que podría salvar la vida y sustento propio y de sus familias, era por el mismo, por medio de preservar a toda costa el espacio vital, el alimento, y demás necesidades esenciales aún pasando por encima de otros seres humanos. Cuando una institución no tiene los recursos para poder controlar y proveer a todos los miembros de una comunidad o de un estado y además no les permite proveerse las condiciones necesarias para que las personas puedan por sí mismas allegarse los servicios que el mismo sistema de organización institucional no puede proveer, desaparece la posibilidad de una sociedad sustentable y se cierra la brecha para que la sociedad misma y los individuos puedan seguir desarrollándose.
Esto sucedió así en la época en que Descartes escribía sus meditaciones. Y por mucho tiempo atrás los hombres aprendieron a valerse por sí mismos en una forma salvaje y agresiva si llegase a ser necesario. Por lo tanto no sólo era una sociedad agresiva y egoísta sino que el yugo de una institución tan moralmente castrante como la iglesia católica, los individuos fueron cosechando dentro de sí mismos ese eterno conflicto en el poder impuesto y sus propios pensamientos, sin que necesariamente mucha gente hiciera algo por cambiarlo.
Dada la concepción católica del cuerpo, es claro que Descartes prefiera abundar en cuestiones metafísica, pero no tanto como el dice: “Porqué entender el alma es más fácil que entender el cuerpo” sino precisamente por esa falta de libertad sobre el cuerpo mismo. El hombre tenía esta eterna ambivalencia por las condiciones corpóreas de los seres humanos y no sabe bien ubicar hasta qué punto el cuerpo es parte esencial del individuo y hasta qué punto este ya no le permite continuar con el desarrollo del pensamiento abstracto. Así como el cuerpo, la sensibilidad en general se encuentra cercada por una delgada barrera que convierte prácticamente cualquier experiencia sensible en algo que podría derivar en una experiencia pecaminosa. En una época donde la máxima autoridad política y económica, pero además rectora de la moral y de las buenas costumbres, las personas estaban condenadas a sonreír y a asentir ante todas las proposiciones de la iglesia. Esto sin que por esa razón, las personas dejaran de hacer las cosas que consideran placenteras aún por encima, o por debajo de la vista de la autoridad moral, a escondidas, entre voces. Necesariamente lo anterior implica algo que podemos leer claramente en Descartes y eso es una doble moral sobre el comportamiento pero principalmente sobre la existencia de Dios.
Quiero abundar en el hecho que, en términos de Descartes, La existencia de Dios, y la meditación sobre la justificación de su existencia, no son más que apartados indispensables en términos editoriales para garantizar la publicación de su obra, más no un genuino deseo por esclarecer dicha cuestión.
Por eso puedo pensar en una sociedad y en un hombre en conflicto consigo mismo, atrapado en un yugo que no le permite expresarse libremente, y que aún en el pensamiento pueden ser copados y condenados por la misma iglesia.
Esta doble moral, con la que este filosofo tiene que convivir invariablemente, lo condena a reflejar dicha necesidad de expresión, de crítica y de duda, sin embargo tiene que tener el tacto y la inteligencia literaria para hacer que su texto contenga los elementos necesarios para que a simple vista no se note el mensaje subversivo y toda la serie de implicaciones que dichas meditaciones conllevarían.
Sirviendo lo anterior como introducción a la concepción de un periodo de tiempo y un tipo de pensamiento definido, a continuación describiré al hombre y la sociedad implícita en las meditaciones cartesianas:
Existen 3 rasgos fundamentales en la sociedad y el hombre de esta época y son:
1. Falta de certezas jurídicas y desconfianza generalizada en los otros individuos.
2. Una doble moral sobre lo que debería hacerse y lo que se hace en realidad.
3. Una necesidad de rompimiento con las instituciones establecidas.
Dudar proviene del hecho de no confiar en algo. Por lo tanto se cuestiona con la intención de desenmascarar algo que es distinto a como se muestra en la realidad. Una duda tan profunda como la cartesiana es una manifestación de la necesidad que sienten los hombres por entender y hacer suyos los conceptos que se nos inculcan como propios antes de poder siquiera entenderlos y mucho menos hacerlos propios de forma consciente.
Sin embargo también es cierto que además, hay una serie de incongruencias y vacíos que la institución católica con su doctrina no alcanza a cubrir. Todas las dudas naturales que pueden ir surgiendo en la gente, en muchos casos, las condena y persigue y a todo aquel que pretenda cuestionar de manera seria los preceptos eclesiásticos.
La escasez, la falta de servicios públicos integrales, la insalubridad, la falta de medicamentos, las pugnas raciales y las pugnas nacionalistas, y los años que llevan los seres humanos luchando unos contra otros, fortalecen las condiciones para que no exista un concepto tal como la justicia, y mucho menos un sistema de impartición de la misma. Si bien ya existe un esquema de policía y de seguridad, así como la intención de brindar una previsión social, la mayoría de las personas viven en condiciones selváticas en términos de certezas jurídicas.
Sin la intención de redundar, quiero aclarar en este punto, una vez más, que una sociedad a la cual el estado no puede proveerle lo mínimo indispensable para que conviven en paz, estará condenada a mirar a sus habitantes como enemigos, y a hacer todo lo posible por proveerse a sí mismos y a los suyos, insisto, aún por encima de las necesidades de los demás.
La prohibición generalmente estimula el deseo de poseer o realizar el objeto de dicha restricción. La incapacidad de controlar y gestionar todas las áreas de la vida de una sociedad y el deseo intempestivo del ser humano de hacer su voluntad orilla a que los individuos aún por encima de la ley, o de la moral actúen según sus convicciones más profundas o simplemente impulsados por sus deseos más viscerales. Sin embargo el precio de revelarse abiertamente y demostrar una oposición concreta en contra del régimen establecido, en la época de Descartes, era la muerte. Por lo que lenta y gradualmente la sociedad regida por el cristianismo se fue convirtiendo en una sociedad hipócrita, que sonreía en las iglesias y que apuñalaba en los callejones.
El distanciamiento de las leyes tanto estatales como morales de las necesidades de una sociedad, necesariamente obliga a una separación y la generación de un código independiente complementario en donde las personas tienen un mayor margen de acción, siendo que mientras que no se realice una actualización y un consenso entre lo establecido y lo conveniente y lo deseado por la mayoría, el estado no podrá evitar que las personas procedan como mejor les parezca.
El problema de “proceder como les parezca” es que difícilmente se puede tener un consenso, una regulación y una legislación con respecto a las actividades que involucran a más de un individuo, y en casos de controversias y disputas la única solución será seguir tomando el control y la justicia en las propias manos de los involucrados, cabe mencionar que dicha respuesta generalmente es violenta, descontrolada y parcial hacía el más fuerte.
Cuando los individuos dentro de una sociedad perciben a los otros como peligrosos, difícilmente se pueden construir bases significativas para consolidar un desarrollo comunitario. Es cuando la gente no puede confiar en la gente que tiene que cuidarse de ella. La actitud ante el otro entonces se vuelve hostil y competitiva. Se intercambia lo estrictamente necesario y se teme constantemente ante una injusticia o un abuso, siendo esto lo que aleja al individuo de los demás individuos en términos generales.
Por otro lado, la expresión proviene de la necesidad de compartir. Generalmente la expresión se vuelve necesaria cuando existe una acumulación de algo, una compresión, un desarrollo o un sentimiento. Una vez que este se lleva a cabo se comparte, ¿Porqué Descartes decide dudar? ¿Cuál es origen de la duda cartesiana? Propiamente sería imposible determinarlo pero después del análisis que hemos venido llevando a cabo, parece comenzar a dibujarse líneas importantes que van definiendo no sólo la intención de Descartes, sino también la euforia intelectual que existía y las pocas concepciones profundas a las que la gente en general podía acceder, fuera de la perspectiva oficial.
Es una manifestación de la necesidad por ir más allá de los conceptos establecidos y buscar una nueva manera de valorar y construir las cosas, la realidad y al mismo ser humano. Una visión más humana de la realidad e ir cambiando el peso de la responsabilidad de la existencia de las manos de Dios, a las manos del propio hombre, obviamente revelando lo anterior de manera sutil y aún comprobando la existencia de Dios.
Descartes viene a consolidar una idea que se fraguaba sin voz en la concepción de todas las personas hundidas en la soledad y en la ignorancia. La construcción mental que justifica la existencia del hombre por medio de la existencia de su propio pensamiento, libera al hombre de Dios, y de la sociedad misma, le permite tomar su destino en sus propias manos y luchar por las cosas que quiere y que cree. Como lo habían hecho por miles de años pero esta vez tratando de dejar el nombre de Dios a un lado.
No olvidemos que Descartes era un soldado de fortuna y se dedicaba a hacer dinero peleando las batallas de otros. El sentimiento individual y la valoración de los deseos personales por encima de los deseos de la comunidad explican de forma muy concreta como es que el hombre por medio de la individualidad exacerbada alcanza una supuesta realización que hasta entonces nadie se había atrevido a plantear.
A diferencia de mi concepción original sobre que, Descartes había instaurado un sistema de pensamiento hasta antes desconocido, más bien se ha convertido en la concepción de que fue la consolidación del pensamiento de toda una época, que vino a darle voz a esa necesidad humana de seguir justificando su egoísmo. Un enfoque en uno mismo definitivamente permite revalorar la vida y las acciones, pone en perspectiva el valor real de las cosas, del valor del otro y del valor de uno mismo. Sin embargo, no volver a integrarse con la sociedad, el otro y el entorno, nos imposibilita a mirar y nos incapacita a actuar moralmente en términos prácticos.
El ser humano ha venido escribiendo su historia, y las circunstancias históricas han venido escribiendo la historia del ser humano junto con él. Descartes, que era mercenario, poeta, filósofo y muchas cosas más, es el emblema de la duda filosófica, hace una crítica válida a todo lo establecido y obliga a la reflexión de todo cuanto lee sus meditaciones. Es un icono en una sociedad en vistas de transformación, un hombre que está comenzando a romper con lo establecido de manera sistemática y que no se conforma con lo que hasta ese momento se había conformado. Descartes trae una estructura de pensamiento revolucionaria e individualista esencial para que las personas hicieran consciencia sobre sí mismos y su poder. El pensamiento transformador permitió el fin de las certezas autoritarias y por fin dio paso a un sistema distinto, basado en el esfuerzo personal y la acumulación de riqueza, que tampoco vino a traer, en absoluto, mejores condiciones para la calidad de vida de las personas, su desarrollo personal o siquiera una mejora en la expectativa de vida, pero en definitiva era indispensable para alcanzar el desarrollo que hemos podido edificar con el paso de los años.
Bibliografía
René Descartes, Meditaciones Metafísicas (1641).
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Max Horkheimer, Theodor W. Adorno, J. Habermas, y Herbert Marcuse |
A lo largo del curso hemos visto las distintas corrientes de pensamiento que han tratado de entender lo que significa pensar y además cómo el pensar no debe estar relegado simplemente a una actividad superficial, sino que debe tomar un papel importante en la sociedad, al grado de modificar y proponer una orientación racional en las actividades que se llevan a cabo diariamente en la sociedad. Esto por medio de un mejor entendimiento de las razones que motivan las acciones que llevamos a cabo, y entendiendo los elementos que, actualmente y de manera más bien utilitaria, están determinando el accionar de la sociedad. Tal es el caso de la industria cultural y los productos mediáticos diseñados para la continuidad y no para el diseño de una mejor convivencia.
Sólo por medio del conocimiento de los factores que impulsan a las personas a tomar las decisiones en sus vidas, y también por medio de los mecanismos que medien entre todos los miembros de una comunidad, será posible diseñar una mejor sociedad: una convivencia más equitativa en donde los miembros de la comunidad puedan vivir mejor y desarrollarse lo mejor posible de acuerdo a sus deseos y ambiciones personales.
Y además, lograr de alguna manera, detener la depredación en que vivimos, la cual genera en las personas una carga adicional de estrés y profunda infelicidad por el simple movimiento de la cotidianeidad. Por esta razón, pensadores como Heidegger, Horkheimer, Adorno, y muchos otros, consideraron importante primero delimitar que, en cada uno de los casos de forma distinta, que era pensar, su importancia y su impacto, pero además la dosis racional que interviene en ese proceso y el porque, según cada uno de estos filósofos consideraba, preponderante para el desarrollo de la convivencia social, el pensamiento colectivo y el desarrollo de la propia individualidad.
Por lo anterior, hay que tomar en cuenta lo siguiente: si bien es cierto cada uno de estos filósofos al final caen en problemas lógicos, dado que hablar de una manera tan práctica sobre la razón, desde Heidegger hasta Adorno, todos tienden o tendrían que tender hacia la creación de una ética, que en algunos casos no se desarrolla nunca, pero en otros casos simplemente no puede tener el alcance que se desea, puesto que es demasiado complejo hacer una generalización de los patrones universales bajo los cuales debe desarrollarse o llevarse a cabo todo el actuar de una civilización, sociedad o comunidad en un punto determinado de la historia.
Teniendo en cuenta lo anterior, presentaré algunos fragmentos de los textos de estos filósofos que ilustran con mayor claridad la tesis que propongo y que además nos permiten darnos cuenta de cómo estos filósofos fueron aportando ideas, conceptos y razonamientos profundamente críticos sobre la sociedad que comenzaba a crecer basada en el sistema económico del capitalismo, y cómo existen planteamientos que eran vigentes entonces y que, sorprendentemente, siguen siendo vigentes hoy en día.
“…el aprender no se puede lograr a fuerza de regaños. Y sin embargo, en ocasiones uno tiene que alzar la voz mientras está enseñando. Hasta tiene que gritar y gritar, aun donde se trata de hacer aprender un asunto tan silencioso como es el pensar. Nietzsche que era uno de los hombres más silencioso y retraídos, sabía de esta necesidad. Sufrió el tormento de tener que gritar. En una década en que la opinión pública no sabía todavía nada de guerras mundiales, en que la fe en el “progreso” casi se estaba haciendo la religión de los pueblos y estado civilizados,”
No sólo la influencia de Nietzsche queda plasmada en la afirmación de Heidegger, sino también un reclamo a alzar la voz, a esclarecer un concepto con todo el peso que eso significa. Hablar de aprender es hablar de un mecanismo para la obtención y retención de diversos tipos de información, que indudablemente determinarán los contenidos y las acciones de las personas que tengan la capacidad de retenerlas. Este aprendizaje resulta indispensable para poder desarrollar cualquier cosa y aún sobrevivir a las adversidades del medio ambiente, y demuestra que existe una importancia preponderante en que el discurso logre una comunicación efectiva.
Pero también el reclamo a una sociedad que sin la madurez aún necesaria desdeña dicho aprendizaje, lo relega y lo obvia, cayendo en el riesgo de volverse indiferente ante la ignorancia. Claro queda que este reclamo proviene de ver a una sociedad adormilada, controlada por la propaganda política, el nacionalismo, y las verdades científicas tan cuestionables por los filósofos críticos, que nublan a todas luces el desarrollo de los seres humanos, individualmente y en su conjunto. Igualmente, al no haber una intención o si quiera una comprensión de las consecuencias de dicha situación, no hay un solo incentivo que invite a modificar dicho patrón de comportamiento.
Semejante consigna parece y es tan vigente hoy en día, cuando nuevos factores, como la industria cultural y todos sus contenidos en los medios de comunicación, evitan que las personas conozcan y cuestionen, que reflexionen y analicen las cosas de una forma crítica. Primero, porque no hay una formación propiamente establecida a nivel social sobre el pensamiento crítico, y segundo, porque no existen canales en donde las personas puedan mirar de manera objetiva los sucesos y las decisiones políticas que les afectan. Esta ignorancia y falta de crítica social mantienen una tensa paz en donde las cosas se comportan con cierto orden, más por la costumbre que por un pensamiento lógico.
“En el movimiento de la sociedad, el ascenso de unos suele estar compensado por la degradación de otros; la regulación central de la vida, la administración que planifica cada detalle, la llamada racionalidad estricta, aparecen como un compromiso histórico. Ya en el tiempo del nacionalismo resultaba claro que la conducción totalitaria no era fortuita sino un síntoma de la marcha de la sociedad. El perfeccionamiento de la técnica, la extensión de los medios de transporte y las comunicaciones, así como el incremento de la población, determinan una organización rígida. La oposición, por más esperada que sea, es arrastrada por ese mismo curso de las cosas que ella debería modificar. No obstante, expresar lo que se conoce y merced a ello ayudar quizás a evitar un nuevo terror, es algo que sigue siendo derecho del sujeto todavía viviente.”
Por un lado existe esta crítica a las personas que conformamos la sociedad, y que de manera consciente e inconsciente vamos configurando nuestra realidad, y además colaboramos en la construcción de la realidad colectiva, todos formamos parte y comenzamos a darle rasgos particulares al común denominador de una determinada comunidad, esto genera un valor y una convivencia necesariamente multifacética y rica en ideas y recursos, mismos que si no tienen una orientación a favorecer las necesidades de la mayoría, pronto se vuelven un lastre para el desarrollo de dicha comunidad y al tiempo se vuelven una carga, un peso incomodo que no permite el desarrollo individual de los miembros de dicha comunidad y termina arrastrando, además, la convivencia social a un caos de inconformidad y apatía de toda la comunidad. Esto aplica a nivel microsocial, como pueden ser los núcleos familiares más directos, hasta macrosocial, como países enteros en donde todas las personas están abrumadas por la presión social que ellos mismos se están imponiendo.
Por lo anterior, la consciencia de dicha construcción y la responsabilidad de tener el poder casi inmanente de crear, construir y delimitar los bordes estructurales y de pensamiento de una sociedad, hacen la diferencia entre una sociedad llevada por los impulsos y la resolución constante de la inmediatez, y una desarrollada, pensante, que busca la mejora constante, o al menos provee la paz necesaria para que exista una armonía suficiente, y todos los miembros de dicha comunidad puedan vivir lo mejor posible.
Ahora, no sólo los individuos en su individualidad van formando una gran consciencia y pensamiento colectivo, sino que también existen herramientas, instituciones y grupos que van dando cierta forma a las estructuras sociales, y como menciona Horkheimer: no es un hecho fortuito que estas tiendan a favorecer a ciertos grupos.
Obviamente para darle cierta legitimación a dicha parcialidad, estas instituciones refuerzan los elementos sociales que convienen a sus intereses, que permiten crear una generalización que suene congruente -y digo «suene», porque difícilmente se acerca realmente a algo que sea congruente-, para de esta forma ratificarse en la élite del poder. Aunque esto signifique hundir a las personas en la ignorancia, por lo menos, de dicho suceso en particular.
“5. De hecho, la ciencia de las décadas de la preguerra exhibe una serie de fallas, pero estas no residen en la exageración de la racionalidad sino en su estrechamiento, el cual se halla condicionado por la creciente solidificación de las relaciones sociales. La tarea de registrar hechos sin preocuparse por consideraciones extracientíficas, y de verificar las regularidades que existen entre ellos, había sido originalmente formuladas como una meta parcial del proceso de emancipación burguesa, que entraba en confrontación crítica con los obstáculos escolásticos que impedían la investigación.”
No obstante, algo que es una de las características más importantes de la escuela de Frankfurt y su pensamiento crítico, es la crítica al pensamiento científico, y en general, a la ciencia y su concepción. Dado que -sin llegar a descalificar por completo su utilidad- sí cuestiona de manera abierta y profunda, la serie de carencias que está presenta al dejar al pensamiento racional relegado a ser un mero instrumento de repetición.
La ciencia cumple importantes funciones en el desarrollo de una gran parte de las actividades en la modernidad, ha permitido generar procesos estructurados, que sirven para repetir fenómenos de las naturaleza y llevarlos a diversas áreas de la vida del hombre, para facilitar su interacción con el medio ambiente, la obtención y conservación de recursos de la naturaleza misma, y hasta generar cierta comodidad y simplicidad en procesos que de otra forma eran irrealizables, o que tomaban mucho tiempo de otra forma.
De esta forma la ciencia contribuye al desarrollo de las condiciones humanas por medio de la simplificación, sistematización y conocimiento estructurado de procesos que nos permiten concentrarnos en otras áreas y seguir desarrollándonos como individuos y como sociedad.
Lo que aquí se pone en duda, es ese valor de verdad absoluta que el positivismo y el pensamiento utilitario pretenden darle a la ciencia, dibujándola en el entendimiento colectivo como un hecho irrefutable y que además se tiene que entender por cierto y de facto, puesto que la ciencia lo está postulando. Por un lado esto es grave e incorrecto, primero, la ciencia trabaja bajo condiciones determinadas y bajo esquemas de repetición de sucesos, se genera un modelo y después se propone que ese modelo particular, debe aplicar para todos los casos individuales, es decir, al igual que la conceptualización, la ciencia toma un particular arbitrario y lo vuelve un universal. Si bien como describí, es útil, eso no lo hace verdadero.
«La ciencia necesita de quien no la ha obedecido, lo que para el espíritu de la ciencia es verdaderamente valioso es lo que ella difama, momento del idiotismo, al que consecuentemente la ciencia se condena y del que inconscientemente se avergüenza.»
Precisamente la observación de Adorno sobre el desobedecer a la ciencia responde a esa necesidad del pensamiento racional, ese entendimiento de lo que se está realizando por encima solamente de la repetición, queda claro pues que el valor real del pensamiento científico quedará siempre en función de la racionalidad que se le imprima para darle una función.
La crisis de nuestros tiempos en cuanto a consciencia social se refiere, radica principalmente en este silencio acuerdo tácito entre los conceptos existentes y las personas en general. Al no existir un contra peso con respecto a la producción de conceptos verdaderos y además, estos se respaldan en modelos particulares, que resultan ciertos únicamente en cierto número de casos, es seguro que al universalizarlos los resultados van a variar.
Es tonto pensar que es posible por medio de un solo caso particular, por más repeticiones que puedan realizarse de ese mismo caso, podemos deducir plenamente la verdad, cuando la más mínima variación puede resultar en conclusiones profundamente distintas.
Solamente por medio de alzar la voz y cuestionar lo que se ha dicho, sólo exigiendo una comprobación que a todas luces resalte la conveniencia de tomar tal o cual decisión, entonces podría llevarse a cabo, pero al no haber una crítica, al no entender si quiera lo que está sucediendo, cuando la mitad de la población está enajenada por culpa de la ignorancia y la otra mitad vive engañada por culpa de la información disponible que es parcial, corrupta y superficial, entonces el resultado es una sociedad políticamente estéril resignada a mirar por la ventana el destino que alguien más está eligiendo por ellos.
«Siempre que el pensar es verdaderamente productivo, creador, es también un reaccionar. La pasividad está en el corazón de lo activo, es un adecuarse del yo, al no-yo. Para ser siempre productivo, debe estar determinado por su cosa. Esa es su pasividad. Su esfuerzo coincide con su capacidad para aquella.»
Finalmente y lo más importante, desde mi percepción, más allá de las posibles interpretaciones personales de los lectores y de los filósofos mismos, entender el pensar como un reaccionar, como tomar acción sobre nuestra ideología de vida, pero además responsabilizarnos por los actos que hacemos y que se suman a la consciencia colectiva, nos permite modelar la sociedad que queremos. Si bien es cierto que es sólo el principio y además es necesario que todas las personas poco a poco se vayan haciendo conscientes, y además partícipes de esta transformación del entorno, del medio ambiente social y dejar de una vez de aceptar como dadas las condiciones en las que tenemos que desarrollarnos. Responder al llamado que nos exige nuestra propia moral y que no nos debería permitir en ningún momento, seguir actuando con pasividad y apatía sobre las cuestiones que ocurren en nuestro entorno, es nuestra responsabilidad y además nuestra oportunidad de acercarnos más al ideal de vida que cada uno persigue, y en esa realización individual es cuando estamos más abiertos a procurar la realización de todos los demás. Crecer de manera conjunta y ayudar, colaborar y recibir los beneficios de trabajar todos como una sociedad activa, fuerte, consciente y responsable.
La única forma de realmente de cobrar consciencia y tomar acción, es por medio del ejercicio activo de la crítica y del poder que tiene cada individuo de influenciar, de persuadir y de negociar para buscar mejores condiciones para sí mismo y para sus seres cercanos. Con responsabilidad, buen juicio y sobre todo con orientación a la colaboración y a la convivencia, es como el pensamiento crítico debe transformar la realidad de las personas y devolverles el poder que han perdido inmerso en la industria cultural, la política y el sistema económico.
El papel de la ciencia y la teoría en la época del autor, es profundamente analizado por Horkheimer en la sección titulada: Teoría Tradicional y Teoría Crítica, de su libro: Teoría Crítica. Primero explica que es la teoría, como es entendida en ese momento, y más adelante la cataloga como teoría tradicional, en este punto comienza a explicar la interacción que esta teoría tiene con la “praxis cotidiana” y como se permea dentro de la ciencia y la teoría, la realidad y la cotidianeidad de la vida de las personas, dado que estas teorías se formulan por personas que, profesionalmente son científicos, pero como individuos dentro de una sociedad, también son padres, hermanos, ciudadanos, partidarios de una posición política, etc.
Esta filtración que puede ser leve o profunda según las condiciones, son lo que el autor llama la teoría crítica, donde se entiende la teoría como una consecuencia no sólo del esfuerzo y del trabajo científico sino también de la interacción histórica de los seres humanos, las condiciones económicas y ambientales que rodeaban al momento en que dicha teoría fue edificada.
Así mismo, crítica a esta separación entre praxis y teoría, puesto que esta separación, primordialmente, es la que conduce a un sistema esclavista y de dominio sobre los mismos seres humanos, y según el autor, sólo por medio de la teoría crítica se puede racionalizar los procesos científicos en función de un desarrollo integral de todo el aparato social, y no sólo en busca de renovar las condiciones suficientes para repetir el modelo político social y económico de todos los estados una y otra vez.
Teoría Tradicional y la Ciencia
Según el autor la teoría es “La acumulación del saber en forma tal que este se vuelva utilizable para caracterizar los hechos de la manera más acabada posible” y está forma parte en la clasificación y entendimiento objetivo de todas las cosas sensibles que rodean a los seres humanos. Por medio de esta ciencia el hombre sigue cierto orden en la obtención de información y puede universalizar los conceptos, lo cual le permite a su vez generar premisas fundamentales y así, ir desarrollando ciencias especializadas en procesos particulares dentro de la actividad del planeta, de los seres humanos, y sus interacciones entre sí.
Esta “conducción ordenada” se basa en el método deductivo de obtención del conocimiento, lo cual, simplemente es una forma de obtención del conocimiento y no necesariamente arroja las mejores conclusiones en todos los casos. Según Husserl la teoría es “el sistema cerrado de proposiciones de una ciencia” y es un “encadenamiento sistemático de proposiciones bajo la forma de una deducción sistemáticamente unitaria” según Horkheimer.
Lo anterior significa en forma sencilla, que las teorías se han ido aproximando más a modelos matemáticos de sucesión de pasos, es decir a una construcción matemática. En el caso de las ciencias sociales, estas tratan más de investigar hechos y/o en principios que no necesariamente parten en sí de la teoría misma, sino de la experiencia presente o la inquietud de una situación que se lleva a cabo en un contexto determinado. Aún los empiristas por medio de otros métodos se acercan a diversos resultados y estudian distintos escenarios en busca del conocimiento.
Aunque el pensamiento empírico no actúa directamente bajo el esquema del método científico necesariamente, las construcciones sobre las cuales se determina el éxito o el fracaso, la corroboración de una hipótesis o su falta de validez, por medio de parámetros basados en la experiencia, en lo deseable, en lo que adecuado, y todo esto está a su vez determinado por la construcción mental del investigador, es decir, está carga cualitativa que le ayudará a pensar sobre su investigación, ya tiene su origen en bases que no necesariamente, por un lado, está consciente, y por el otro lado, sean absolutamente objetivas para conseguir el resultado menos parcial.
Sin embargo lo anterior, no implica un salto o una disyunción frente al concepto que los teóricos tienen acerca de la teoría, aunque los principios, así como las materias de estudio pueden variar, en realidad no hay una diferencia entre lo que el sociólogo, el matemático y el empirista entienden por teoría, según lo que plantea Horkheimer.
Es justo después de entender esta breve observación, así como entender el proceso empírico de desarrollo que empezamos a entender la carga que lleva la teoría en sí misma, dado que quien la produce tiene toda una carga moral, intelectual, social y ambiental que inevitablemente conduce a que juzgue como deseable alguna cosa sobre otra.
“Los progresos técnicos de la época burguesa, son inseparables de esta función de cultivo de la ciencia. Por una parte, mediante ella los hechos se vuelven fructíferos para el saber aplicable a la situación dada; por otra parte el saber del que se dispone es aplicado a los hechos”. (Horkheimer, pag. 228, 1937). Y afirma pues que la transformación de las estructuras científicas dependa de la situación social respectiva, es algo que se puede afirmar. En una primera instancia lo que el autor comienza a desenredar aquí, por medio de ejemplos más que con argumentaciones formales, es la inseparabilidad entre la aplicación de la teoría científica y la interacción social, pues esta no puede llevarse a cabo fuera del ámbito social, siempre que esta quiera ser aplicada y no simplemente probada.
Hasta este momento, según Horkheimer, la actividad científica es una actividad más, como el zapatero, o el herrero, el científico desempeña una labor y hasta ese punto no se había hecho consciencia sobre el impacto de la teoría en la vida cotidiana, no se considera, en congruencia con lo anterior, a la ciencia como un agente dentro de la sociedad y en la vida de las personas. Cuando en realidad debería no sólo ser entendido como parte integral de dichas investigaciones sino que la ciencia misma se va desarrollando en la praxis cotidiana por todas las personas, es la manera como todos van desarrollando diversas concepciones, técnicas y rasgos particulares, sin que necesariamente cada individuo desarrolle, formule y exponga una teoría en particular. Una ampliación de lo anterior se describe mejor en la frase: “La producción es la producción de la unidad, y la producción misma es el producto” (Horkheimer, pag. 232, 1937)
Es en este punto donde viene el desarrollo más completo sobre la distinción entre un tipo de teoría tradicional y crítica. Por medio del análisis de la historia de occidente podemos observar como el desarrollo de la sociedad misma se vió impulsado en gran medida por los desarrollos técnicos de la época, pero a su vez esto permeó en la filosofía y nacieron conceptos como la libertad, la igualdad y la autonomía, mismos que a su vez dieron paso a nuevos movimientos vanguardistas que no sólo proponían una corriente artístico filosófica, sino que buscábamos cambiar los esquemas actuales de realidad y sociedad. Y de esta manera se va desarrollando la historia y cada parte de la sociedad va a impulsando y diferente medida una tendencia y una materia prima para que se siga generando el presente y el futuro.
Un ejemplo de lo anterior se expresa en la siguiente frase: “Los científicos, en la medida en que no sólo lo piensan (la teoría) sino que son consecuentes con él, no pueden actuar con autonomía” (Horkheimer, pag. 261, 1937) Pues según la teoría crítica no sólo divide entre teoría crítica y tradicional, más bien explica porque, toda la teoría en realidad debería ser crítica, y que existe plena unidad entre ciencia y praxis. Y dado que los seres humanos no sólo basan su día a día en la técnica que aplican a proveerse de recursos sino que de ellos emanan las más diversas inquietudes, cuestionamientos, miedos y sueños, la teoría deberá entender que todas estas situaciones están marcando el rumbo de los descubrimientos y acercamientos científicos.
El pensamiento crítico fomenta este desentrañamiento y análisis de los conceptos más originarios dentro de toda teoría, entenderla a partir de los elementos desde los cuales fueron construidas, desde la orientación política de los científicos, quienes están patrocinando dichos estudios, el país que los está realizando y la teoría que se está proponiendo. Por medio del análisis crítico permite entender en mejor medida cuales son las implicaciones de ese pensamiento y permite delimitar su campo de acción y devolverle a la ciencia su carácter de herramienta en el entendimiento de la realidad así como la incorporación de técnicas utilizables para la obtención de beneficios en la actividad humana y en su relación con la naturaleza, y no como argumento último muy cercano al concepto cristiano de dios.
Un muy buen ejemplo y que el autor explica a lo largo de todo el texto, es la concepción capitalista y liberal de la economía, que gracias al desarrollo de una idea general, se lograron llevar a cabo un importante crecimiento en la producción de mercancías, tránsito y comercialización de bienes, de igual forma al desarrollo de una generación de riqueza inmensa y el control sobre gran parte de la tierra, los medios de producción y gran influencia política principalmente en occidente. Sin embargo bajo los parámetros de la teoría tradicional, no contempla todo lo que eso está afectando a la interacción entre las personas y las diversas necesidades que pueden originarse de dichas relaciones entre medios de producción, lo que invariablemente para cualquier persona humanamente consciente, salta a la vista la necesidad de replantear el entendimiento de ciertos conceptos que han sido aceptados como inamovibles, provocando así la repetición incesante de una cadena interminable de abusos contra los estratos más bajos dentro de una sociedad.
La teoría crítica, pretende no caer en este engaño de “conceptos inamovibles” en donde una piedra falazmente colocada ha servido para dar legitimación a un modelo de pensamiento claramente esclavista y controlador. Así mismo la integración entre todos los elementos tanto intelectuales como sociales, permite que haya una constante comunicación entre todas las diferentes materias que se estudian en el mundo y de esta manera formar conceptos mucho más complejos e integrales que busquen satisfacer las necesidades humanas tanto en un nivel intelectual como de aplicación.
Esto nos lleva a pensar profundamente en lo efímero de ciertos conceptos, y de la importancia de una constante revolución intelectual que permita desarrollar conceptos siempre más afines a las necesidades humanas del presente, puesto que es muy posible que la dinámica social rebase a la dinámica científica o de la teoría. Siguiendo esta lógica no me sorprende que hoy en día nuestra sociedad este regida en su gran mayoría, por praxis antiguas, por conceptos que no aplican a la interacción humana de nuestros días, y que, a falta de una corriente que rompa con aquellos paradigmas, se siguen repitiendo conductas injustas o no deseables o que simplemente resultan anticuadas en la modernidad.
Finalmente parafraseando al autor, entender al ser humano como un sistema cerrado limitado a las condiciones que la misma teoría la impone es limitar al hombre a volverse un instrumento o aparato determinado por condiciones fijas y determinadas, lo cual en sí, es renunciar a la esencia del pensar.
Si bien es cierto que es imprescindible tener bajo cualquier argumentación un esquema de información confiable, caer en la contradicción de detener ese concepto en el tiempo y dejar de indagar sobre su propia evolución es condenar al concepto a estancarse, perder valor en la realidad y además puede prestarse a una profunda manipulación dado que puede resultar beneficioso esa ambiguación conceptual. Sería inocente pensar que toda esta cuestión va mucho más allá de que el hombre “no se haya percatado” de la carga moral que se imprime en toda actividad científica simplemente es desenmascarar dicho proceso y dejar de dar por hecho que la ciencia por ser ciencia tiene siempre la razón.
No olvidar que esta ciencia se genera por seres humanos, con cargas morales, intelectuales, nacionalistas e interés económicos, que no pueden separarse de su actividad profesional. Es por medio de la compresión de esta unidad entre producción, proceso de producción y producto, que se puede entender que los tres elementos son la producción misma, el proceso completo de existir en el mundo es un resultado de todas las interacciones posibles e imposibles que se llevan a cabo y que invariablemente conducen al desarrollo de todo lo que vendrá en el futuro, sin embargo sólo por medio de la crítica a la teoría misma, podremos acercarnos a pensamientos más racionales y humanos.
Bibliografía
Teoría Crítica, Max Horkheimer. URL: http://es.scribd.com/doc/9000126/Max-Horkheimer-Teoria-critica
La palabra mágica, listado de características:
1. Sólo puede ser dicha por el poeta o el adivino
2. Debe ser conjurada más que pronunciada
3. Es acción
4. Es verdad
5. Actúa directamente en la realidad
6. Es la fuerza mágica que domina el cosmos (la verdad)
7. Es un procedimiento
8. Tiene la fuerza de hacerse verdad
La palabra mágica, listado de usos:
1. Es la creadora de la verdad
2. Da a conocer las hazañas de los dioses y los héroes
3. Conforma los mitos y las narraciones cosmogónicas
4. Cura a quien la conjura
5. Equilibra el cosmos
6. Aprueba y desaprueba
7. Sana
8. Celebrar las hazañas de los dioses y héroes
La palabra mágica en la Grecia Antigua
Para los griegos la palabra mágica era la fuerza mágica que dominaba el cosmos, que producía la verdad y narraba los mitos, está tenía que ser conjurada, no dicha, esto significa que se llevaba a cabo un procedimiento, un rito, sólo era considerada palabra mágica, creadora, emanadora de verdad cuando el rito se llevaba a cabo de manera escrupulosa.
Los poetas eran las autoridades competentes, los funcionarios de verdad habilitados por el rey, y entrenados en la tradición de otro poeta. Esta concepción de la palabra es diferente a la concepción actual y juzgarla con la ideología moderna conduce a la secularización de la misma.
La palabra mágica actúa directamente en la realidad, aprueba y desaprueba, determina lo que es honorable y lo que es reprobable, una ética y un línea de comportamiento. La verdad entendida en términos de la palabra, como palabra mágica es sinónimo de justicia, por lo tanto por medio de la palabra mágica se estabiliza o desestabiliza el orden del cosmos, en el mundo mágico.
La curación y el poder de curar de la palabra mágica
De acuerdo con el texto del Dr. Secchi:
“El uso terapéutico de la “epodé” es mencionado por primera vez en la Odisea, Ulises cazando con los hijos de Autólico es herido en la pierna por un jabalí, se reúnen junto a él los compañeros de caza le vendan la herida y restañan con un salmo o conjuro el flujo de sangre. La intervención tiene un carácter mágico como testimonio de una concepción demoníaca de la enfermedad”.
Es decir no sólo hay una importante connotación histórica, fundamental, creadora de la palabra sino que desde entonces tenía esta característica de influir en la realidad y de hacerse parte de esta, como un hilo creador de una magia que sirve a los hombres para equilibrar el cosmos. Particularmente en este caso se ejemplifica a la perfección, la concepción sobre el cosmos, el poder de la palabra mágica al ser conjurada y el peso que está jugaba en la curación en este caso de Ulises.
La palabra mágica y la transformación al logos
La verdad que proviene aleteya en la palabra mágica y es sinónimo de justicia, una vez que es secularizada, es decir, se saca del ritual y es dicha por una persona que no es propiamente quien debería decirla según la tradición cobra un valor distinto y cuestionada, analizada y separada en partes para la compresión de su mensaje, deja de tener un poder creador en sí misma y se contrapone a: la mentira, la falsedad, y lo mentiroso.
En este sentido estricto esta transformación modifica por completo la concepción de la verdad, da origen a la filosofía y al cuestionamiento de las verdades que hasta ese momento eran absolutas y se relega a la palabra a un medio, una acción de intercambio e interacción, pero pierde esa característica creadora, ese poder de generación de verdad y de estabilización del orden del cosmos.
Bibliografía
Los Maestros de Verdad en la Grecia Antigua, Marcel Detienne
La palabra curativa en la Antigua Grecia, Dr. Juan Carlos Secchi. Grupo Atenea, 2010
Heidegger dice que no pensamos, que el hecho de tener la capacidad de pensar no es razón para decir que pensamos, sin embargo es una manifestación que proviene del inconsciente, según Heidegger, y que es una manifestación de la esencia del pensar mismo. Es decir este ser del pensar se encuentra en nosotros y se comienza a manifestar por medio de nuestra interacción con el mundo fáctico y de hecho sólo así, es que puede descubrirse a sí misma, la esencia del pensar.
Es en este punto donde Heidegger después de algunos acercamientos iniciales a la que es el pensar, comienza a explicar que el conocimiento como lo conocemos, se basa en la parte práctica del pensar, se centra en lo que pensar, da de que pensar, y estas cuestiones se quedan atrapadas sólo en las descripciones de la vida fáctica y jamás abundará en la esencia misma o el fin primigenio del lo que significa pensar.
Partiendo de lo anterior, Heidegger dice que la ciencia no piensa, por un lado, la esencia misma de la ciencia aún se desconoce, y resultaría imposible entenderla a partir de la ciencia misma, dado que esta se concentra en comprobar los supuestos que ella misma establece bajo ciertos parámetros sin los cuales las variables a considerar serían completamente imposibles de determinar, por tanto los resultados serían impredecibles.
Sólo mientras la ciencia no se ocupa de pensar sino de demostrar que bajo los supuestos, los escenarios controlados, y la información obtenida de manera física, empírica y positivista, le dan al hombre la certeza de tener un control sobre su entorno, llamase la naturaleza. Lo cual no demerita en nada el valor de la ciencia, sino simplemente la coloca en el lugar correcto, su utilidad se encuentra en la aplicación de sus teorías y herramientas a la vida diaria, más no por esto se puede considerar que piense, entendiendo el pensar en los términos que plantea Heidegger.
Lo anterior lo explica Heidegger en el siguiente fragmento:
Retomando los primeros acercamientos a lo que significa pensar y haciendo la diferenciación entre las ciencias y el pensar, Heidegger señala como crucial la relación entre el alumno y el maestro, el maestro debe ser lo suficientemente hábil y dócil, en palabras del mismo autor, para poder transmitirle el conocimiento a los alumnos, pero no sólo eso, sino que además debe enseñarle al alumno como es que debe ir asimilando dichos conocimientos de tal forma que el alumno se pueda habilitar en el descubrimiento y la obtención de conocimiento por sí mismo, si bien con la ayuda de herramientas académicas, pero en definitiva movido por el deseo de aprender.
Con este principio, Heidegger desglosa el pensar como una actividad manual, comparándola con un fabricante de armarios, dado que es un acto aprendido, que se puede tener en cuenta el proceso y que de manera invariable el artesano le imprime parte de sí mismo en la creación particular. Para Heidegger el pensar está siendo en todo momento complementado por el sujeto, por el transporte de las ideas, por el cuerpo que materializa el pensamiento.
Heidegger dice que el pensar ya se manifiesta en los hombres aún antes de empezar a ser pensar, el significado de pensar está en el ser y es esa estancia casi inconsciente la que comienza a despertar las primeras dudas sobre el significado de la pregunta.
Lo anterior proviene de la creencia de Heidegger que el pensar está en nosotros desde siempre, y que él se nos va mostrando hasta que nos hacemos la pregunta sobre que significa pensar, sin embargo por medio del pensamiento mismo no se puede desdoblar semejante concepto dado que se limitaría de manera retórica a repetir lo mismo una y otra vez. Heidegger cree que la única manera de que es pensar, similar a la esencia misma del ser o en este caso del pensamiento mismo, o como parte de la esencia misma del hombre, sólo por medio de vivir abierto a la vida, la vida fáctica. Salir y experimentar y absorber por medio de los sentidos lo que efectivamente es real, y en donde efectivamente se esconde la respuesta a la pregunta que significa pensar.
En un punto entre las lecciones finales de la primera parte y prácticamente los primeros tres cuartos de la segunda parte, Heidegger comienza a desdoblar conceptos fundamentales de la filosofía de Nietzsche en donde Heidegger encuentra, según su pensamiento, el hilo conductor del pensamiento más congruente con lo que se ha venido planteando en todo momento. Nietzsche habla del punto en el que el hombre está en una constante ruptura con el pensamiento impuesto, primero por la angustia de encontrarse infeliz, después comienza a crear sus propios principios y a vivir según sus propias reglas, hasta eventualmente caer en cuenta, de que sus propios conceptos deben volver a ser quebrados y levantar todo de nuevo.
En el momento en que Nietzsche explica la redención de la venganza poniendo en manifiesto el conflicto entre el “querer” y el “fue”, entendiendo que, el “querer” no puede hacer nada contra el “fue” puesto que se encuentra atrapado en un tiempo que ya no existe. Es aquí la raíz con la que el hombre enfrenta su “querer “contra la noción de un tiempo que se ha ido.
Después de entender un poco más sobre esta parte de la Filosofía de Nietzsche y la fundamentación de Heidegger en dichas ideas, así como la determinación de que las ciencias no piensan. Es importante explicar lo que según Heidegger es la diferencia fundamental entre la verdadera respuesta a la pregunta sobre que significa pensar. Según Heidegger la presentación ante la realidad, la consciencia del momento presente permite presentarse ante las cosas de una manera autentica y completa, y es de estos encuentros que sé puede llegar a entender al pensamiento en sí, por medio de los sentidos los hombres podemos acceder a conocer nuevas cosas que de otra forma jamás formarían parte de nosotros.
En oposición a la simple presentación que, como los datos científicos que únicamente concluyen dentro de los parámetros de los que están establecidos en cada muestra, no permite entender realmente nada en sí, se pierde de manera intrascendente, en términos ontológicos, para el descubrimiento de lo que significa pensar.
Por lo anterior para Heidegger el momento en el que se descubre la verdadera raíz de ese impulso por pensar sólo puede ser a través de la parte sensible del hombre como está relación entre ente y realidad se conjugan para que sea el ente en el que determina lo es en sí mismo, haciendo del ser humano esencia de su propio pensamiento.
Según Heidegger, ya por las últimas lecciones hay 4 preguntas que se desprenden de la pregunta misma, o mejor dicho, cuatro posibles sentidos con los cuales podrían interpretarse dicha pregunta, y son las siguientes:
Sin rigor y sin prisa, por el simple placer de escucharme y recordar que mi discurso tiene un valor en sí mismo, y que además orgullosamente ha formado mi carácter y mi realidad quiero enunciar, para ser dichas en voz alta por mi mismo, las siguientes ideas.
(El siguiente contenido es responsabilidad del autor y no necesariamente es la opinión del Blog de Eddie, aunque el único que hace este blog, es el autor del contenido, pero en teoría, esta aclaración sería suficiente para no ir a la cárcel.)
Sobre la creación de la realidad por medio del pensamiento:
«La mente es tan poderosa, que sí tu crees firmemente que no puedes construir tu propio destino, así será»
Existe un profundo escepticismo sobre el poder de la mente sobre nuestra vida diaria, sobre todo porque por alguna razón, probablemente por lo mal que explicamos los que así pensamos, la gente cree que hay una completa disociación entre la acción y el pensamiento.
La cuestión es que pensar en lo que uno quiere sin restricción, permite generar ideales amplios y ambiciosos, que se van formando con los elementos más cercanos que se encuentran en la realidad, esto genera un estado óptimo entre los sueños más profundos y ambiciosos, y la sensación de realización día con día en la vida.
Una vez que existe en la cabeza una idea que se vuelve motor de las acciones de la persona, todo cobra una perspectiva distinta, las cosas parecen estar puestas en el plano real de manera ordenada y no deliberada, como es posible que estén en realidad, sin embargo esta percepción del mundo permite vivir bajo una sensación de seguridad personal creadora, ¿Es un engaño de la percepción? ¿Es un cuento de hadas?
La felicidad, la meditación y el sexo, son ejercicios de autosugestión. El amor, el miedo, el odio, la depresión, son estados mentales que se transforman en estados físicos, a fuerza de ser pensados de manera incesante y nadie los cuestiona, gran parte de los seres humanos los han experimentado e invariablemente su proceso de asimilación es profundamente parecido.
El problema es que a los seres humanos nos resulta más sencillo pensar en negativo que en positivo. Si algo esta bien es una fortuna, pero si esta mal es una desgracia, ¿Porqué la gente acepta como lógica la desgracia sobre la fortuna? El peso ontológico de estas percepciones marcan diametralmente la vida diaria de las personas.
Y aunque supongo que en cualquiera de las dos percepciones de vida se pueden alcanzar estados conscientes de profundo placer y bienestar, mi concepto de vida me obliga a preferir lo positivo sobre lo negativo filosóficamente hablando, es decir, mi ideología de vida me obliga a preferir ver el vaso medio lleno por encima del medio vacío, dado que la vida es efímera, pequeña, insignificante, agria, pero sensible, sabrosa, musical, placentera, emocionante, salvaje, aventurera, loca, pasional, enferma, infernal y celestial.
Darle un «rotundo y desgarrador Sí a la vida», en palabras de Nietzsche, es aceptar que la vida es una, que se va a acabar y que puedes pasar tus días en paranoia, soberbia y alejamiento, o puedes abrir los brazos y tirarte al precipicio sin miedo. Ambos son respetables y cabe señalar que es posible que haya mayor profundidad y valor en la negativamente del que aquí expongo, pero no puedo abundar en ello porque no lo conozco.
Sobre la honestidad y la doble moral
«Aceptar que se tiene errores no es igual que estar orgulloso de tenerlos»
Reconocerse imperfecto habla de responsabilidad, profundidad y madurez, pero pensar que dicha imperfección es un estado óptimo y preferible, es arrogante.
No cabe duda que bajo los parámetros sociales y de convivencia en los que se forja cualquier tipo de sociedad, además del machismo y la figura ambivalente sobre el papel de la mujer, sobre todo en sociedades latinoamericanas, es imposible pensar que existe una relación de pureza y honestidad en las personas, es claro que todo el mundo muestra una mascara con la cual pueda interactuar con las demás personas, es prácticamente un código social a seguir y que sin él, la convivencia social, prácticamente no sería posible.
Sin embargo hay una importante diferencia entre tener consciencia de este hecho y fundamentar la creencia en que las personas deben vivir bajo esas mascaras. Si bien es cierto, no todas las personas son compatibles con todas las demás, existen una innumerable cantidad de variables que definen la personalidad y todos tienen derecho de acercarse a las personas como lo deseen, también es cierto que esta convivencia social debe derivar en convivencia humana y esta debe de facilitar la comunicación entre las personas, la consolidación de relaciones afectivas, y la confianza en la seguridad extendida que ofrecen estas personas.
¿Qué no aún los poderosos, quieren vivir en pareja? ¿Aún los intelectuales, desean tener hijos? ¿Las mujeres no desean embarazarse? ¿Hay algo material que supere un verdadero amor? ¿No chismeamos por el deseo de compartir algo?
Por lo tanto no hacer un esfuerzo por llevar a cabo esta comunicación y convivir de manera ambivalente entre la realidad y las mascaras, es darle a la sociedad el mando absoluto de nuestra vida y de nuestras relaciones humanas, mismas que no pueden ser llevadas desde el patrón de la colectividad, puesto que ese modelo de convivencia social está pensado para ser funcional en un nivel general de la existencia humana, y no en cada caso particular.
Es claro para todos los seres humanos que hayan tenido la dicha de tener un amigo, un padre, un hermano, o una pareja, que la convivencia que se logra una vez superada la barrera primaria del estereotipo social, y es profundamente refrescante, es quitarse los zapatos después de un largo día de trabajo, es aprender con base en otros modelos de convivencia, es la oportunidad de desarrollar por medio de la otredad el sí mismo, o en términos coloquiales, aprender de los demás sólo por convivir con ellos.
Sin importar si son brillantes, buenos o malos, astutos, atractivos, etc. todo ser humano engloba en sí, una filosofía de vida, que puede ser desde la más simple hasta la más compleja, pero que aún en el caso de la más sencilla filosofía, hablemos del niño, hablemos del ignorante, representan un hilado de conceptos, de actitudes y actividades que, de forma consciente o inconsciente, operan todo el entramado humano que ese ser humano. Esto quiere decir que existen elementos en esa filosofía que tienen una postura con respecto al amor, al miedo, al triunfo, al placer y a la trascendencia. Por lo tanto aún del más sencillo de los hombres existe una capacidad creadora de sabiduría inmersa.
Pero no entendamos el aprendizaje desde su discurso verbal e intelectual, sino de la connotación de si mismo, desde como se mueve, las palabras que usa y el sentido con el que enfoca su discurso, son fuentes de profunda sabiduría, al compararle con otros, al compararle con uno mismo, al contrapuntear sus ideas con las propias, ¿Qué tanto de esa persona hay en mi? ¿Qué tanto dista él de mí? ¿Hay algo en esta filosofía que podría hacer mio?
Alguien alguna vez me dijo que los seres humanos somos oportunistas, y no dudo que así sea, y esto viene porque, si para los seres humanos no les es suficiente el contacto humano y no encuentran un valor real en la convivencia humana, si escuchar la emoción en las palabras de un niño, la añoranza y el recuerdo en las palabras de un viejo, la devoción y la creencia de un cristiano, la picardía de un joven emprendedor, la sensualidad de una mujer hermosa, la astucia de una mujer inteligente, por lo menos deberían entender que hay mucho provecho en escuchar a los demás.
Por todo lo anterior e invariablemente, la gente que se aleja de la comunicación verdadera, de la convivencia humana, que se refugia en los escudos de la convivencia social, superficial y aparente, deja de crecer, se aleja de la gente, se vuelve temerosa y solitaria, se rodea de personas que no quiere y en cuanto se abre una pequeña brecha de comunicación verdadera, no puede parar de quejarse. Invariablemente esto conduce a una actitud arrogante y defensiva, autodestructiva, que enferma al cuerpo y a la mente, y se pierde la dicha de ser libre en sí mismo.
Si bien cada persona tiene una forma distinta de crear relaciones con las personas, definitivamente la actitud con la que esa persona entiende al otro, definirá sus relaciones interpersonales, si una persona cree que las personas son entes peligrosos de los cuales hay que protegerse, sobre esa base forjará sus relaciones y obviamente desnudar su alma ante ese enemigo le costará mucho tiempo, probablemente lo logré con algunas personas a lo largo de su vida, y sólo ahí, si tiene la capacidad de verdaderamente escuchar, podrá saber lo que es la convivencia humana, y no la convivencia social.
Sobre las ambiciones en la vida y el miedo a ser uno mismo
Al final todo lo anterior es sólo para explicarme a mi mismo quien soy, que creo y por que creo que lo que creo. No son ideas aisladas apiladas y hechas para ser contrario a lo que piensan la mayoría de las personas, es que si vivimos en un mundo en donde la segunda causa de muerte es la depresión y la primera las afecciones cardíacas, o del «corazón» permitiéndome la connotación de la palabra con base en su relación con el entendimiento colectivo, me parece fundamental dar un giro, ver la vida de una forma más amplia y conquistar el miedo que nos impide ser individuos, y nos convierte en ciudadanos, pobladores, consumidores, empleados, prácticamente toda relación con el mundo nos masifica, por lo menos adentro de nosotros deberíamos entendernos como individuos, individuales, únicos, valiosos, ojalá existieran más palabras para ensalzar la necesidad de recobrar el valor en uno mismo.
Y entonces salir a la calle y darle al mundo la cara única que poseemos, todo lo demás se encargará de encasillarnos y de meternos en grupo social, estrato socioeconómico, profesional, de genero, ¿Porqué no dejar estos juicios al mundo externo? Es cierto que se nos enseña a encajar, pero ¿Cuando cobramos consciencia de que eso no es lo único? Una vez que se rompe con ese estereotipo en un nivel filosófico, o interno, o en la percepción personal, no significa entregarse en cualquier esquina, no significa irse a vivir a la montaña, no significa perder toda conexión con las mascaras sociales y la convivencia social, en los términos que la he definido anteriormente, simplemente es un respiro interno, es encontrar paz sin salirse del caos, es entender toda relación de sujetos, objetos y acciones como fuera de toda moral, por lo menos, para entender que nada de lo que en el mundo exterior, fuera de nuestra mente, es capaz de destruir nuestro carácter individual, nuestra propia paz, nuestros sueños, lo que somos verdaderamente.
Y una vez, que se ha aceptado dicha realidad, y que se tiene control por lo menos en sentido teórico de uno mismo, entonces comienza la verdadera conquista de los propios deseos, de los sueños, de las experiencias que uno quiere vivir, de las cosas que uno quiere conocer, pero desde uno mismo, y no desde los ideales de la sociedad. Y es aquí de donde debe surgir el deseo de cambio social, libertad y equidad, y querer hacer algo por los demás, no de la arrogancia de pensarse mejor que los demás, no del ideal adquirido por la filosofía de otros, si no por el genuino deseo de la consciencia que proviene autenticamente uno mismo.
Si bien el mundo nos necesita, nosotros necesitamos primero saber quienes somos, para poder estar ahí para el mundo.
Estoy leyendo este pesadísimo libro de Heidegger y comparto los apuntes introductorios a este libro. Dado que aún no lo termino sólo son una parte del principio pero creo que es bastante interesante para comenzar a entender el grado de abstracción y estricta lógica que utiliza Heidegger al escribir y al pensar, aunque su discurso diste mucho de mi particular punto de vista.
Cabe aclarar que a continuación solamente expreso mi entendimiento del texto y podría no ser exacto a los estudios generales del autor y los estudiosos del mismo.
Ser y tiempo – Apuntes
Definición del tiempo: Horizonte de posibilidad para toda comprensión del ser.
– Desde Platón hasta Aristóteles no se aborda con seriedad al ser, ya se da por hecho el concepto del ser.
– Dice Heidegger que esto se basa en tres prejuicios:
1.- El ser es el concepto más universal.
2.- El ser es indefinible.
3.- El ser es un concepto evidente por sí mismo.
– La inquietud de entender el ser, brota, según Heidegger, del ser mismo, es decir ya existe una idea mediana o vaga de lo que es el ser y por esa razón es que sentimos la necesidad o inquietud de explicarlo. La pregunta que se hace el hombre sobre el ser, proviene del ser mismo.
Antes de proceder a contestar que es el ser? se debe entender «cómo» es que puede plantearse la pregunta misma sobre el ser. Esta pregunta debe entender que la respuesta que dará, valga la redundancia, respuesta a la pregunta deberá ser algo:
a) determinado
b) llevado a concepto
La pregunta es un ente. Para Heidegger un ente es:
«Aquello que hablamos, lo que mentamos, respecto a lo cual nos comportamos, lo que nosotros somos y el modo en que lo somos» textual.
En mi opinión, todo aquello que forma parte de la vida fáctica, es decir, la realidad, el aquí y el ahora, todo lo material, e inmaterial que existe y es definible, incluidas las palabras y las ideas.
– El ser se encuentra en el hecho de que algo es, y algo es cuando:
1.- Es consistente
2.- Es válido
3.- Existe, está ahí (dasein) «hay» algo.
Como plantear la pregunta por el ser
– Toda pregunta debe ser una búsqueda, y esta búsqueda debe decirnos como dirigir la vista hacia el ser.
– Un ente puede determinarse en su ser sin que sea necesario disponer puramente del concepto explicito del ser.
– El ser se articula provisionalmente en su ser, (sin que hay un concepto aún) pues proviene de la idea vaga del ser que constituye esencialmente el dasein y que existe en la noción vaga y mediana que todos tenemos del ser y en donde se formula la inquietud de preguntar.
– Según Heidegger, no hay un circulo vicioso, cuando en la misma pregunta del ser, se encuentra el ser mismo, dado que no se pretende obtener ninguna conclusión de manera deductiva.
– Lo que yo creo es que Heidegger hace una pausa en esta proposición para comenzar a abordar otras, sin que esta proposición sea en si misma la respuesta última de su explicación del ser, es más bien una pausa necesaria para poder fundamentar la relación entre el ser y la inquietud de descubrir al ser desde la inspiración del ser mismo.
– Por lo anterior Heidegger habla de una relevancia introspectiva anticipativa, y una relación privilegiada.
Todo lo anterior sólo sirve a Heidegger para explicar «cómo» se debe plantear la pregunta para poder abordar que es el ser, lo cual me parece estéril y excesivo, pero lógicamente irrefutable.
La primicia ontológica de la pregunta del ser
Dice Heidegger que las ciencias y la investigación científica se ha dado a la tarea de separar y elaborar las regiones esenciales de los conceptos y estudios (las llamadas ciencias) basándose en el positivismo, el empirismo y en la experiencia, pero que nada de esto no hubiera sucedido de no ser por la interpretación y el «dominio» del ser, aunque yo no usaría dominio sino posesión por llamarlo de alguna forma del ser. Lo anterior porque según entiendo a Heidegger es esa inquietud por explicar todo a raíz de la existencia del ser en nosotros.
– El verdadero «movimiento» de las ciencias proviene de los cuestionamientos de los conceptos fundamentales, más que en la propia experimentación, por lo tanto el valor real de las ciencias proviene del carácter fundamental y no tanto de lo positivo.
– Eso es una profunda crítica a la ciencia exactas.
– Y según Heidegger, carecería de todo sentido toda ciencia, si el ser, que es lo que está dentro del concepto fundamental de cada ciencia, no fiera explicado.
—
Eso es todo por el momento, más adelante continuaré compartiendo mis apuntes sobre este complicado libro.
(Con base en el texto: La materialidad del texto, Chartier y Sobre verdad y mentira en sentido extra moral, Friedrich Nietzsche)
Nietzsche al hablar sobre el contrato tácito que hacen los hombres para poder vivir en paz dentro de una sociedad dice lo siguiente:
“En la medida en que el individuo quiera conservarse frente a otros individuos, en un estado natural de las cosas, tendrá que utilizar el intelecto, casi siempre, tan sólo para la ficción. Pero, puesto que el hombre, tanto por necesidad como por aburrimiento, desea existir en sociedad y gregariamente, precisa de un tratado de paz, y conforme a éste, procura que, al menos, desaparezca de su mundo el más grande bellum ómnium contra omnes. Este tratado de paz conlleva algo que promete ser el primer paso para la consecución de ese enigmático impulso hacia la verdad. Porque en este momento se fija lo que desde entonces debe ser verdad, es decir, se ha inventado una designación de las cosas uniformemente válida y obligatoria, y el poder legislativo del lenguaje proporciona también las primeras leyes de la verdad, pues aquí se origina por primera vez el contraste entre verdad y mentira.”
Pero desde el punto de vista de Chartier, al hablar de la materialidad de los textos, cuando está explicando la evolución de los textos en Shakespeare y posteriormente en Cervantes dice lo siguiente:
“Todos los estados del texto, hasta los más inconsistentes y extraños, deben ser entendidos y, eventualmente, editados, porque, al ser el resultado tanto de los gestos de la escritura como de las prácticas del taller, constituyen la obra tal y como fue transmitida a sus lectores. Ésta sólo existe en las formas materiales, simultáneas o sucesivas, que le dan existencia. La búsqueda de un texto puro, que existiría más acá o más allá de sus múltiples materialidades, pues, es vana. Editar una obra no es recuperar un “ideal copy text”, sino explicitar la preferencia otorgada a uno u otro de tales estados, así como las elecciones hechas en cuanto a su presentación: divisiones, puntuación, grafía, ortografía.”
Primero habría que explicar que es lo que entendemos de la primera cita y posteriormente de la cita anterior como punto de partida:
Nietzsche plantea que si los hombres pretenden sobrevivir en sociedad, deben de firmar un pacto de paz, lo cual sólo es una forma de decirlo y no necesariamente involucra la firma material de un tratado en papel, por medio del cual se puedan establecer los principios necesarios para una convivencia tolerable, y por medio de este tratado se designa de manera arbitraria lo que debe ser verdad y lo que debe ser mentira. Pero además debe adquirir un carácter universal y legislativo sobre todas las cuestiones que impliquen el reconocimiento sobre si es verdadero o falso.
Y en la segunda cita Chartier expone que los textos son dinámicos, esto quiere decir que los textos al estar atrapados en su materialidad, y entendiendo por materialidad su pasta, sus hojas pero también su puntuación, división y ortografía, así como el uso de tal o cual palabras de un grupo de sinónimos por ser preferida una sobre otra por el traductor o editor. Entonces es el texto en realidad un transcurso del tiempo y una evolución social o modernización de los tiempos, y no necesariamente como un progreso sino más bien como un transcurso en el tiempo, así los textos sin que esencialmente estos lo deseen o tengan por objetivo ir cambiando lo van haciendo. Pero además esto es conveniente para mantener al texto comprensible a los ojos de los lectores actuales.
Uno vez puesto en claro la interpretación que se le está dando a ambas citas podemos poner a discusión la siguiente pregunta:
El pacto de paz del que habla Nietzsche, con el cual la sociedad puede establecer sus reglas más fundamentales y que además da origen a la distinción entre la verdad y la mentira, sufrirá los efectos de la materialidad que sufren todos los textos?
Es posible que por el hecho de que este contrato más bien sea el uso de la retórica en Nietzsche para ejemplificar un momento y dicho acuerdo nunca haya sido siquiera escrito, esta pregunta careciera de sentido, sin embargo, dando mayor profundidad a los efectos a los que se refiere Chartier, no necesariamente se tienen que limitar al texto, sino que se pueden llevar también al análisis formal del discurso en sí.
Pensando en el pacto de paz de Nietzsche como un discurso o una intención, que para este caso resulta lo mismo, debemos pensar que este se llevó a cabo al inicio de la sociedad, antes de que los hombres y las civilizaciones fueran como las conocemos, las interacciones primarias entre los grupos humanos primigenios, no conllevaban a una gran serie de actividades e interacciones que hoy en día sí se realizan. Esto nos invita a pensar que un inicio había un número limitado de verdades y que conforme se fueron suscitando nuevas interacciones también la necesidad de verdad fue creciendo y así también se fue ampliando el contrato.
Pero no sólo eso, al incorporar un modelo social predeterminado para cada país, y buscar cierta unidad de valores y principios, las religiones, los estados y demás tipos de organizaciones humanas, fueron erigiendo sus propios principios de verdad y mentira, y además como dice Chartier, fueron dando preferencia a unas cosas sobre otras, para darle una interpretación personal y dirigida que complementara sus ideologías.
De esta manera y siguiendo el principio sobre la dinámica del texto podemos ver con claridad que al igual que los textos los discursos se van transformando y van manteniendo la vigencia por medio de la tradición, ya sea oral o escrita y que mantiene cierta parte de la esencia y le va transformando en un principio nuevo, que encaje con las necesidades actuales, en este caso de verdad y de mentira, de convivencia social y de supervivencia.
El problema sería entonces entender hasta qué punto se mantiene el mismo discurso o principio fundamental sobre un discurso o texto, y en qué momento se corrompe por completo al grado de significar algo completamente distinto, no necesariamente opuesto, a lo que significaba inicialmente.
Es posible que en realidad todos los textos y los discursos se vayan transformando de tal manera que en ciertos contextos signifiquen una cosa, y den origen a una corriente especifica del pensamiento y en algún otro lugar, tal vez lejanos de manera temporal, pueda significar algo diferente y dar origen a una corriente distinta a la primera.
Tratando de retomar las citas iniciales, Chartier por medio del concepto de la “materialidad” del texto nos permite analizar no sólo los textos como tal, sino los discursos, las intenciones en los discursos y como estas se van modificando según quienes lo leen, lo traducen, lo enseñan o lo interpretan. Conociendo las características y las evoluciones en el tiempo de los diversos discursos que se han versado, podemos comprender mejor la propia evolución del pensamiento humano que va desarrollando ideas con base en ideas anteriores y que aún proviniendo de la misma base el resultado puede ser distinto.
Finalmente gracias a esta dinámica de los discursos es posible que conceptos tan básicos como la misma base fundamental de la sociedad, o sobre la definición de que es verdad y que mentira, se pueden ir renovando eternamente los sistemas sociales y éticos a lo largo del tiempo y buscando la forma de que funcionen correctamente y los grupos humanos puedan tener una convivencia al menos tolerable.
Algo que quedará en el tintero es, sí esta dinámica que planteó ¿Será lo suficientemente veloz para deformar el sentido del texto en un periodo de tiempo breve en una era en donde los avances tecnológicos producen cada vez más rápido innovaciones, o está dinámica es en realidad como el movimiento de la Tierra que al ser tan sutil se vuelve imperceptible para los humano? Creo que no tengo elementos para discutir esto a fondo pero resulta interesante esta observación simplemente para entender que tan alto puede ser el impacto de la velocidad en el discurso contenido en cualquier texto.
Bibliografía
Materialidad del texto, textualidad del libro por Roger Chartier, École des Hautes Études en Sciences Sociales.
Sobre verdad y mentira en sentido extra moral, Friedrich Nietzsche, 1873 editor: Simón Royo Hernández.