La frase de Nietzsche “Dios ha muerto”, por Martin Heidegger.

El texto de Heidegger desarrolla la idea general de metafísica, en términos de la metafísica occidental de la época. Utiliza como contenedor de dicha metafísica al Cristianismo. En el marco del proceso que atravesó Europa durante la conquista del cristianismo de todos los ámbitos de la vida de los hombres medievales, y hasta el siglo XIX, cuando estas ideas metafísicas clásicas, comienzan a perder terreno ante la arrasadora realidad física. La consciencia individual.

Según Heidegger, lo anterior lo basa en:

1.       en el nihilismo,
2.       la filosofía de ser y tiempo,
3.       la metafísica occidental.
4.       La distinción entre lo sensible (aÞsyhtñn) y lo no-sensible (nohtñn).

La definición que abordamos para comprender las siguientes proposiciones explica a La metafísica  Occidental como: la verdad de lo ente en cuanto tal en su totalidad.

“El propio Nietzsche interpreta metafísicamente la marcha de la historia occidental, concretamente como surgimiento y despliegue del nihilismo. Volver a pensar la metafísica de Nietzsche se convierte en una meditación sobre la situación y el lugar del hombre actual, cuyo destino, en lo tocante a la verdad, ha sido escasamente entendido todavía.”[1]

El papel de la historia, o propiamente dicho, el concepto de metafísica a través de la historia fue sufriendo importantes modificaciones a la luz de una realidad distinta, que se valía así misma de sentido, de guía y de origen en sí mismo. Sin que esto necesariamente fuera certero o verdadero en sentido estricto, esta ruptura intelectual con lo metafísico, comenzó a manifestarse en el pensamiento de Nietzsche:

“La meditación que intentamos hacer aquí precisa de un sencillo paso previo, casi imperceptible, del pensar. Al pensar preparatorio le interesa iluminar el terreno de juego dentro del que el propio ser podría volver a inscribir al hombre en una relación originaria en lo tocante a su esencia. La preparación es la esencia de tal pensar.”[2]

Para Heidegger es importantísimo dejar claro que el pensamiento nietzscheano es “El pensar preparatorio” o previo sobre el verdadero sentido que puede fundamentar: la pregunta del ser, y así mismo estaría también en posibilidades de descubrirnos que es pensar.

“…la idea que dentro de la historia de Occidente, determinada metafísicamente, se ha venido pronunciando siempre de forma no expresa. Antes de apresurarnos a tomar una postura, debemos intentar pensar la frase «Dios ha muerto» tal como está entendida. Por eso, haremos bien en evitar toda cuanta opinión precipitada acude de inmediato a la mente al oír algo tan terrible.”[3]

La frase Dios ha muerto refleja la insatisfacción actual que tiene el hombre con conceptos metafísicos que han perdido impacto en la realidad, que al parecer están fundamentados en cuestiones abstractas, subjetivas y delimitadas de formas incoherentes.

Nietzsche en dirección a la construcción de su postura metafísica fundamental, en la Gaya Ciencia. Empieza a desarrollar, como las antiguas certezas y los mismos conceptos que habían formado una época en términos metafísicos; conceptos que daban sentido a lo que es: la felicidad, el amor, Dios, los sueños, la ley moral, el poder, etc. Se volvían borrosos ante los ojos de una sociedad primitivamente consciente y participativa.

“El primer texto de dicho libro (aforismo 343) está titulado: «Lo que pasa con nuestra alegre serenidad». El pasaje comienza así: «El suceso más importante de los últimos tiempos, que ‘Dios ha muerto’, que la fe en el dios cristiano ha perdido toda credibilidad, comienza a arrojar sus primeras sombras sobre Europa.»”[4]

Perderíamos el verdadero valor de las palabras de Nietzsche, si pensáramos que el término “Dios ha muerto” es simplemente la afirmación de la muerte de un dios. El Dios cristiano, en la frase de Nietzsche, designa al mundo suprasensible en general, es decir: La metafísica occidental. La frase «Dios ha muerto» significa que el mundo suprasensible ha perdido su fuerza efectiva.

“…la tarea de interpretar qué quiere decir Nietzsche con nihilismo, con el fin de mostrar su propia postura respecto a éste. Como, sin embargo, ese nombre se usa a menudo a modo de lema y término provocador, y también muy a menudo como palabra peyorativa y condenatoria, es necesario saber lo que significa.”[5]

Noción general de Nihilismo

Entender de manera superficial el término “nihilismo” ha conducido a frecuentes errores por considerar las manifestaciones de éste, sus causas; – Concretamente la meditación que reflexiona sobre lo que ha ocurrido ya con la verdad del mundo suprasensible y su relación con la esencia del hombre. – En palabras de Heidegger, es la mejor forma provisional de entender el nihilismo.

“El cristianismo es, para Nietzsche, la manifestación histórica, profana y política de la Iglesia y su ansia de poder dentro de la configuración de la humanidad occidental y su cultura moderna. El cristianismo en este sentido y la fe cristiana del Nuevo Testamento, no son lo mismo. También una vida no cristiana puede afirmar el cristianismo y usarlo como factor de poder, en la misma medida en que una vida cristiana no necesita obligatoriamente del cristianismo.”[6]

La influencia del cristianismo en todo lo existente.

Es importante aclarar que: Entendiendo al cristianismo como ente socio-político y motor económico e ideológico de la época antigua, desde la edad media hasta finales del siglo XIX, como etapa cumbre del poderío cristiano; su influencia en todo lo que existía era innegable e inseparable. Nietzsche está consciente que las personas no por ser, “no cristianas” carecían de los rasgos fundamentales que los cristianos compartían entre si, en términos ideológicos y metafísicos.

El reclamo nietzscheano apunta contra la somnolencia de los individuos, que despersonalizados y ausentes de sí mismos, conducen sus vidas siguiendo paradigmas huecos y carentes de toda credibilidad, una mediocridad injustificable y burda, un sopor del que parecen estar afectados una gran parte de los seres humanos. Un cáncer de la sociedad premoderna.

“La metafísica es el espacio histórico en el que se convierte en destino el hecho de que el mundo suprasensible, las ideas, Dios, la ley moral la autoridad de la razón, el progreso, la felicidad de la mayoría la cultura y la civilización, pierdan su fuerza constructiva y se anulen. Llamamos a esta caída esencial de lo suprasensible su descomposición.”

Las visiones incompletas y/o superficiales no permiten acceder al entendimiento del nihilismo, y confunde sus manifestaciones con sus causas, como mencionamos anteriormente. Es esta descomposición que menciona Heidegger de lo suprasensible, lo metafísico, la que recae en el proceso que han atravesado como sociedad humana las instituciones, y los seres humanos y que los ha dejado en un territorio desolado, distante de ellos mismos y carente de sentido y esencia.

Con la previa noción provisional, podemos acércanos con más elementos a la definición de Nihilismo en Nietzsche, que es:

“Que los valores supremos han perdido su valor”… “Esta respuesta está subrayada y acompañada de la siguiente explicación: «Falta la meta, falta la respuesta al ‘porqué’».”[7]

Por tanto, debemos entender el Nihilismo como un proceso histórico. El nihilismo como la destrucción de los viejos valores y la construcción de los nuevos valores. Sin embargo sigue poniendo en el mismo lugar metafísico los nuevos valores, nihilismo incompleto, según la apreciación de Heidegger.


La importancia de los valores y el impacto de la filosofía de Nietzsche.

“Si Nietzsche cierra su caracterización de la esencia del valor con la palabra devenir hay que concluir que esa palabra final nos señala el ámbito fundamental al que únicamente y en general pertenecen los valores y la instauración de valores. «El devenir» es, para Nietzsche, « la voluntad de poder». La «voluntad de poder»”[8]

Este reclamo expresado como “Dios ha muerto” y el surgimiento del Nihilismo como un proceso restaurador del Ser, implica el desarrollo de nuevos valores que proponen construirse desde el interior de cada hombre. Es la voluntad de poder, la fuerza interna que le da a los hombres, la esencia viva de las cosas, un equivalente al Dassein de Heidegger; y como se refuerza en la siguiente frase:

“Por eso es por lo que la frase de Nietzsche «Dios ha muerto» y su concepto del nihilismo sólo se pueden pensar suficientemente a partir de la esencia de la voluntad de poder.”[9]

Para Nietzsche la voluntad de poder es el motor de los hombres y lo que les impulsa, en una primera instancia: a romper con la metafísica occidental tradicional, y por medio del nihilismo transformar su sistema de creencias, que hasta ese momento había sido impuesto por el cristianismo, por un sistema propio, independiente y puro en cada uno de los hombres.

“«Donde encontré algo vivo, encontré voluntad de poder; y hasta en la voluntad del siervo encontré la voluntad de ser amo y señor».”[10]

La voluntad de poder como esencia de todo en todo lo vivo, pero al mismo tiempo como potencia, como posibilidad, como hecho por concretar.

La visión elitista Heideggeriana

“Sólo hay que seguir dando órdenes al que no sabe obedecerse a sí mismo.”[11]

Al parecer, no todos tienen la capacidad de cobrar conciencia de su propia voluntad de poder, si bien en Nietzsche es claro que todos la poseemos, en Heidegger parecer ser más claro, que en está voluntad de poder se fundamenta el dominio y la supremacía del hombre más fuerte.

La implicación de lo anterior, es que el nuevo hombre, el que ha roto con la antigua suprasensibilidad, y que ha forjado para sí mismo la nueva valorización de las cosas a partir del rompimiento con lo vacuo de los conceptos metafísicos tradicionales, ahora necesita proveerse a sí mismo de la protección que le brindaban los conceptos cristianos, y al esta vez, no tener un Dios que haga las veces de salvador, el hombre debe de proveerse su propia salvación; para Heidegger está es la nueva definición de justicia.

“Al comienzo de la Modernidad vuelve a despertar la cuestión acerca de cómo el hombre, en la totalidad de lo ente, lo que equivale a decir, ante el fundamento más ente de todo ente (Dios), puede ser y estar cierto de su propia permanencia y estabilidad, esto es, de su salvación. Esta cuestión de la certeza de la salvación es la cuestión de la justificación, es decir, de la justicia (iustitia).”[12]

Esta “Transvaloración radical, El transhombre de Nietzsche” en palabras de Heidegger, configura en sí toda la nueva cadena de valores y de interacciones entre las personas, pero claramente no como un acto consumado de consciencia colectiva y de desarrollo humano; sino como la imposición de los nuevos valores a través de los hombres que supieron allegarse del poder y que hicieron suya la instauración del nuevo sistema de valores, de conceptos suprasensibles, de reglas que sirvieron para la continua renovación de sus facultades directivas sobre la naciente sociedad moderna.

“El hombre antiguo se llama antiguo en la metafísica de Nietzsche, porque si bien su esencia está determinada por la voluntad de poder como rasgo fundamental de todo ente, él no ha experimentado ni asumido la voluntad de poder como tal rasgo fundamental.”[13]

Asumir la voluntad de poder

Existe entonces un gran salto a partir del pensamiento de Nietzsche y la ruptura con la antigua metafísica occidental. El hombre que había vivido esperando la salvación en la fe cristiana, comenzaba a vislumbrar que el cristianismo, era una institución que regía y ordenaba las configuraciones sociales, moldeaba el pensamiento humano y delimitaba la realidad, o al menos eso pretendía.

Nietzsche alza la voz y reclama lo que todo hombre tiene por derecho a reclamar, la expresión de su voluntad, la expresión de su voluntad, la conquista de sí mismo, de la vida, de vivir la vida de sí mismo.

Heidegger por su parte crítica que tras esta revolución del pensamiento, aún existen muchas personas que falsamente se esconden dentro del nihilismo mal interpretado, con la intención de no responsabilizarse sobre su acción e incidencia en la realidad; pero no sólo eso, sino que se niegan el derecho a la conciencia, a la libertad y son ellos quienes permiten que quienes si hacen uso de su voluntad, pasen por encima de ellos, los controlen y les digan que hacer.

“Esta deliberada ceguera furente al verdadero nihilismo, que sigue predominado, intenta disculparse de este modo de su miedo a pensar. Pero ese miedo es el miedo al miedo.”[14]

La voluntad de poder es entonces lo vivo, lo que nos mueve y lo que nos hace conscientes. El no ser conscientes nos convierte en esclavos.


[1] LA FRASE DE NIETZSCHE «DIOS HA MUERTO» Martin Heidegger. Traducción de Helena Cortés y Arturo Leyte en HEIDEGGER, M., Caminos de bosque, Madrid, 1996, pp. 190-240.URL: http://www.heideggeriana.com.ar/textos/frase_nietzsche.htmRecuperado: 20 de marzo 2012
[2] Idem.
[3] Idem.
[4] Idem.
[5] Idem.
[6] Idem.
[7] Idem.
[8] Idem.
[9] Idem.
[10] Idem.
[11] Idem.
[12] Idem.
[13] Idem.
[14] Idem.

Teoría Estética – Adorno

Cualquier aportación a este trabajo de revisión será
bienvenido. El ideal es que se convirtiera en una traducción colectiva de trabajo.
Mateu Cabot
Universitat de les Illes Balears mcabot@uib.es
Este trabajo sólo se publica en:
http://www.mateucabot.net/pdf/adorno_teoria_estetica_v8.pdf

Si quieres decir algo sólo dilo.

Amigos mios =) lean el siguiente poema está finísimo, no sólo en estilo y en contenido, sientan el ritmo, imaginen cada línea dicha con la entonación firme de una persona serena pero profunda…

A mi me gusta, ¿Qué les parece?

Por: Beatriz González

No espero que digas nada.
No espero que adules mis ojos
Ni que halagues mis labios.
No me gusta que digas cosas que no sientas
Quizá me gusta menos no saber si las sientes.

Es la ambigüedad que causas la que me causa conflicto.
Es tu explotación de versos,
Tu paladar insípido o mi fortuna contradictoria.
Quizá no es más que desconfianza a la nada
O temor de todo Quizá quiero tus besos más que tú los míos
Pero me negaré a darlos (y recibirlos) siempre que me dejes con la duda.

Este protocolo animal de conquista
Nos hace ver como dos incivilzados,
lejanos de sí mismos
Que buscan la nada contenida en el todo.

Y es ese todo quien nos da miedo perder.
A veces me basta con que solo sonrías
Con que acerques tu nariz a mi cuello
Con que no digas más que un beso.

A veces me basta tu respirar profundo,
Tu sonrisa insipiente en mi boca,
Tus labios tan cercanos como tus lágrimas,
Tus manos en mi cintura y tus ojos en las estrellas
Cerrados por mi beso.
A veces quisiera que entiendas que no necesito que digas más, 
Que hables de más, que sientas de más…

No espero nada más que a ti, como tal,
Desnudo ante mí, ante la vida,
ante tu dios y ante el mundo
O quizá ante nadie además de la inminente oscuridad de nuestros cuerpos desnudos, 
Juntos sin mezclar, Juntos sólo juntos.

A veces no quiero que me digas nada,
más que no te vas.
Que te quedas aquí esta noche sin prometerme volver mañana.
A veces te quiero aquí conmigo pero te quiero aquí a mi lado.

Si te gustó lo que has leído, consulta su blog en: http://bettygonzalez.wordpress.com/

John Locke, el liberalismo y la participación civil

Aunque tomaré como base el Segundo tratado sobre gobierno de John Locke como fuente principal para el siguiente ensayo, quiero describir de manera general el pensamiento con respecto al absolutismo, a la sociedad y al gobierno en John Locke. Así mismo por medio de su obra hacer notar el valor de la misma como una fundamentación cuasi universal sobre los principios que deben regir la convivencia social, la política y el ejercicio del poder, la participación social y la importancia de la razón como rectora del bien común.

Si bien dichos conceptos en sí mismos son complejos y profundos, el trabajo de John Locke no es un trabajo terminado, y no porqué propiamente no esté terminado, sino porque dichas nociones se pueden únicamente construir a través del tiempo, de la madurez de la sociedad en su conjunto, de la eficiencia y honestidad de los actores políticos y del ejercicio responsable y participativo de todos los miembros de la comunidad.

En el siglo XVII y XVIII hablar de gobiernos absolutistas era común entre las personas y de hecho aceptarlos y vivir dentro de ellos también era una práctica común. Lo que no era común era denunciarlo, enumerar todos los sinsentidos que dicha acumulación de poder implica y proponer un sistema igualitario basado en la razón como rectora de la convivencia y la justicia.
Todo gobierno existente es únicamente producto de la fuerza o de la violencia[1]Antes de continuar explicando la cita anterior hay dos conceptos que quisiera definir en mis propios términos para poder entender mejor la interpretación que presento en este ensayo y son:
  • ·         Estado de naturaleza, y
  • ·         Estado de guerra

Por estado natural podemos entender al hombre antes de estar inserto en cualquier tipo de sociedad, es un estado ideal e hipotético que sirve para ilustrar y colocar en algún momento al hombre previo al hombre dentro de la sociedad.

Por estado de guerra al momento en que nada impide a los hombres actuar de manera impune los unos sobre los otros limitados únicamente por su propia necesidad y fuerza.

En un estado natural, Locke entiende que todos estamos en un estado de guerra puesto que todos los hombres actuarán de la forma que mejor convenga a sus intereses y necesidades.

Con base en lo anterior, Locke afirma que los seres humanos deben valerse del intelecto precisamente para sobrepasar dicho estado de naturaleza, y dado que somos seres que tendemos más a asociarnos que a segregarnos basándose en la propia experiencia del desarrollo de las sociedades, propone un acuerdo tácito al menos en principio, basado en la razón y en el mutuo derecho de satisfacer las necesidades de cada individuo.

¿Cómo voy a poder aspirar a ver satisfecho mi deseo si yo mismo no me cuido de satisfacer ese mismo deseo que sienten indiscutiblemente los demás hombres, que, por ser de indentica naturaleza, tienen que sentirse tan dolidos como yo de que se les ofrezca algo que repugne a ese deseo?… me impone el deber natural de consagrarles a ellos plenamente el mismo efecto.[2]

Esto implica un trabajo de todos los miembros de una sociedad en la construcción de una institución de poder que sea a la vez el motor encargado de garantizar derechos y protección a todos los miembros de una comunidad.

Locke afirma que mientras el poder se concentre en una sola persona o un grupo reducido de personas provoca en la mayoría de los casos, sino es que en todos los casos, la injusticia y el ejercicio del poder sin argumentos razonables, anteponiendo ante todo los intereses de quienes detentan el poder. Lo anterior por el hecho de que la concentración del poder conduce a vicios y excesos, injusticias y violencia.
Así mismo Locke propone que si el estado no provee garantías y actúa con corrupción se está en un estado de guerra. Los hombres juegan con parcialidad y anteponen sus propios intereses. Ahora bien, yo desearía que quienes hacer esta objeción, tengan presente que los monarcas absolutos son únicamente hombres.[3]Y no olvidemos que los monarcas son sólo hombres.

Frente a lo anterior podemos observar claramente dos cosas:
  • ·         La decadencia e injusticia de un sistema absolutista
  • ·         La importancia de la participación en el ejercicio del poder

Lo primero como hemos mencionado anteriormente, por las injusticias que se pueden derivar de la concentración del poder en una sola persona que invariablemente tiende a juzgar las cosas sin poder poner de lado sus intereses propios y deseos.

En segundo término y probablemente no tan evidente como lo anterior, destaca en el pensamiento de Locke, la importancia de la participación del individuo en el ejercicio del poder. Esto porque gracias a que las personas ejercen el poder que tienen para exigir reparación, para denunciar la injusticia, para dar dirección a las cuestiones que lo atañen dentro de un estado, como la propiedad, el trabajo, la protección de las garantías por mencionar algunos ejemplos obliga a que se involucre, esté al pendiente y vele por los derechos propios en primera instancia pero que necesariamente derivará en velar por los derechos de todos.

Hablar de igualdad implica hablar de trabajo conjunto y de una búsqueda de igualar al menos en principio las relaciones entre personas, esto requiere un esfuerzo, un acuerdo, un debate y una serie de elementos que requieren un compromiso social y un trabajo colectivo que derive en una legislación justa y compartida por todos los miembros de una comunidad.

El  liberalismo entonces no es un  proyecto terminado precisamente por lo anterior, porque teóricamente basta con hablar de una repartición del poder, los derechos y las obligaciones de manera que todos tengan la oportunidad de satisfacer sus necesidades y al mismo tiempo se sientan seguros dentro de una convivencia segura y sana, al menos socialmente hablando. Sin embargo la aplicación de dicho liberalismo político implica la participación, el trabajo y el esfuerzo de todos en su conjunto. Mientras la sociedad civil se mantenga apática y a la espera de que el gobierno dictamine por sí solo condiciones legislativas más equitativas y que beneficien a la mayoría, es probable que la transformación del aparato de gobierno nunca se modifique.

Obviamente Locke, quien considera que la razón debería ser la herramienta con la cual se configure un sistema de poder, describe de manera razonable dicho proceso y parece ser bastante factible y además necesario. Sin cuestionar lo necesario de dicho proceso si me pregunto si en algún momento la sociedad ha tenido el grado de profundidad para involucrarse a tal grado que sea capaz de ser motor de dichas transformaciones.

Supongo que en cada momento la sociedad civil ha levantado la voz y también el gobierno, amparado en toda una maquinaria moderna de instituciones, ha sabido dar respuesta, o por lo menos ha sabido acallar el llamado de dicha sociedad civil.

Finalmente todo el discurso que plantea John Locke en su Segundo Tratado sobre el gobierno, que no sólo describe lo anterior, sino muchos otros aspectos importantes sobre los elementos que conforman un estado y su gobierno, queda este llamado a la liberación y al empoderamiento de los individuos pero no por medios violentos ni revolucionarios, en términos de una acción reaccionaria e incendiaria, sino en términos de consciencia ciudadana, de responsabilidad social, del desarrollo de una voluntad conjunta que no le de pereza construirse a sí misma un gobierno con las condiciones que deben favorecer a todos. Es un llamado a la consciencia y a la acción ciudadana por medio de la participación.

Soy yo el único juez dentro de mi propia conciencia, porque soy yo quien habrá de responder en el gran día al Juez Supremo de todos los hombres.[4]


[1] Segundo Tratado sobre Gobierno, Capitulo I pag. 45
[2] Segundo Tratado sobre Gobierno, Capitulo II Del Estado Natural pag. 48
[3] Segundo Tratado sobre Gobierno, Capítulo III Del Estado de Guerra pag. 52
[4] Segundo Tratado sobre Gobierno, Capítulo III Del Estado de Guerra, pag. 58

El hombre Light, Una visión light de la problemática humana en la modernidad, Ensayo.

Por: Octavio Colmenares

Enrique Rojas en un esfuerzo por destacar, lo que a su juicio, son las razones por las cuales nuestra sociedad se encuentra en decadencia y en la necesidad de actuar, de denunciar, de modificar radicalmente el rumbo de las sociedades humanas es impostergable. Sin embargo su visión psiquiátrica del ser humano y su separación de sí mismo como ser humano, hace un estudio del hombre desde una óptica lejana, fría y poco productiva.

Sin una sólida argumentación, utiliza la retórica de manera excesiva y busca por medio de ejemplos sensacionalistas infundir una visión de necesidad sin explorar los problemas a fondo en sus raíces y causas.
“El sufrimiento como forma suprema de aprendizaje”[1]y “Sin normas estéticas, hace cualquier dirección válida” Demuestran visiones no sólo conservadoras, sino en buena medida anti tolerantes y poco progresistas. Desde una visión profundamente aristotélica afirma: “Ser hombre es amar la verdad y la libertad”.

Hablar de “formas supremas” me obliga a pensar en el bien supremo en el cual Aristóteles basa toda su Ética Nicomaquea y su influencia queda marcada en todo lo que el autor dice. Pensar en el sufrimiento como forma suprema de aprendizaje es el reflejo de una visión punitiva del aprendizaje, ¿Por qué no el placer o el goce podría ser la forma suprema de aprendizaje? ¿Porqué una persona que ha tenido una experiencia maravillosa no tiene la capacidad de aprender de dicha experiencia y cambiar su vida? Este entendimiento en sentido negativo de la forma de aprendizaje, crea una distancia entre el autor y el hombre del cual habla, y además, al que reprocha constantemente ser inhumano, o al menos, no ser suficientemente humanista.

Desde la óptica anterior Enrique Rojas desarrolla un perfil psicológico de un hombre o sujeto, al cual llama nihilista fundamentado en 4 pilares que tienen como hilo conductor el materialismo:

Hedonismo,
El consumismo,
La permisividad,
La relatividad,

Dado que son conceptos profundamente simples no tiene caso desarrollarlos, lo que si hace sentido es explicar como el autor los relaciona, los desarrolla y los convierte en la psicología de un hombre para finalmente ponerlo de frente contra el problema moral.

Lo primero que el autor señala al preámbulo de dicha explicación es: El exceso de información y variedad de temas que están abiertos para los hombres y como ellos tienen acceso a este gran número de tópicos y a su vez, el hombre los adopta de forma únicamente superficial.

De manera paralela el autor afirma que esta superficialidad genera un vacío moral.
Pero, ¿Cómo se implica la superficialidad con el vacío moral? Un vacío moral como consecuencia de tener demasiadas opciones para elegir suena incongruente. El hecho de que existan un mayor número de opciones sólo posibilita el acceso a cualquier opción que se desee y que a partir de una breve reflexión es posible potencializar toda la información disponible en beneficio de cualquier persona.
Según el autor este vacío se intenta llenar por medio del consumo.

Posteriormente la tesis anterior sostiene que la permisividad hace que se acepte cualquier cosa como dada y se deje de juzgar y de proponer, esto produce una indiferencia en el hombre que le vuelve vulnerable al control.

Esto provoca que todo se vuelva relativo, y sin motivo alguno el autor habla del relativismo en términos de la absolutización de lo relativo. En todo su texto anterior y obra previa no hay nada que justifica dicha relación. ¿Porqué si no se es relativista, se es absolutista y vicervesa?
¿Por qué el relativismo necesariamente implica la absolutización de lo relativo? Es una idea inargumentada de Enrique Rojas.

Dicho todo lo anterior, el hombre entiende su libertad en términos de sus posibilidades de consumo creando la igualdad: consumo = libertad.
En un esfuerzo por traducir a lo que el autor considera: “cosas concretas” se menciona lo siguiente: El hombre no puede tener una vida conyugal estable, ni asumir con dignidad cualquier tipo de compromiso serio”. Que en ningún lado tiene nada de concreto.

Concluyendo con este perfil psicológico Enrique Rojas afirma que la interacción de estos pilares: partiendo del deseo inconmensurable del hombre por placer (hedonismo), permite que todas las posibilidades puedan ser exploradas (permisividad), esto lo lleva a un estado de revolución y necesidad de cambio constante (revolución sin finalidad), le permite tener una visión en situación de todo lo que sucede (relatividad) y la única manera como puede exteriorizar este proceso interno es por medio del consumo (consumo = libertad).

Por las palabras que utiliza el autor, podemos ver claramente el sesgo que está colocando sobre el pensamiento humano, claramente los términos en paréntesis podrían bien ser conceptos en sentido positivo y vistos desde una óptica neutral serían las herramientas propias de los hombres para poder llenar ese vacío moral, que Enrique Rojas propone parte de aquí esencialmente.
Obviamente esta visión psiquiátrica obliga a mirar al hombre como un paciente, lo deshumaniza para explicarlo por partes, pero además desde una visión enferma, sin permitir que el cuerpo humano utilice sus propias herramientas para curarse. Dota de todos los males que una personalidad puede arropar, pero desproveyéndolo al mismo tiempo de todas las virtudes humanas que es imposible en esencia no poseer. Interesante que plantee la formación humanística como medio de sensibilización de los hombres, claramente debería empezar por sí mismo.

El autor defiende que este ser humano nace en el seno de una sociedad enferma y de una cultura nihilista, y cita refiriéndose a la época de los grandes pensadores del siglo XVIII: “Se ha demostrado que una de las grandes promesas de la libertad, no era sino una tupida red en la cual el ser humano quedaba atrapado sin salida posible”[2]¿Quién lo ha demostrado? ¿En que se basa? ¿Existe alguna desambiguarían de la expresión: “una tupida red”? Me parece únicamente un gesto retórico de una persona desconectada de la actualidad, víctima del sesgo generacional y esa patética nostalgia de pensar que los tiempos anteriores fueron “los buenos tiempos”.
Cuando habla del desarrollo del arte, gracias al flujo de información y la cantidad de influencias que han podido confluir gracias a los avances tecnológicos dice lo siguiente: “hemos llegado a un eclecticismo en donde cualquier dirección es válida” ¿Qué es lo terrorífico de lo anterior? ¿Por qué la dependencia de un único canon? Este tipo de pensamiento muestra profunda intolerancia, aversión a la incertidumbre y miedo al cambio.

Además continúa diciendo que esta tendencia sin explicar una relación fundamental, conduce al materialismo, y este materialismo conduce a una decadencia moral. Pero sí la moral la entendemos como la serie de normas no escritas que prescriben el comportamiento general de un grupo de seres humanos, ¿Qué relación existe entre el materialismo y la decadencia moral? Seguramente existe, me gustaría que el autor la explicara de manera argumentada.

El hedonismo como motor del consumismo

“De la revolución sin finalidad, llega el escepticismo y luego el individualismo ultranza”[3]De esta necesidad de placer que emana todo, como se llega al escepticismo y del escepticismo al individualismo recalcitrante, una vez más no hay explicación de nada.
Pues bien una revolución sin finalidad, hace que cualquiera se canse, ¿De dónde se cree que el ser humano seguirá avanzando sin sentido? Lo primero que sucede cuando se pierde el impulso es detenerse. Segunda ley de la termodinámica. Entonces, un ser detenido que lucha sin finalidad, ¿No cree en nada? Y si no cree en nada, ¿Porqué se movía en primera instancia? Y finalmente entonces como no cree en nada se aísla en sus propias ideas y genera para si mismo una propia realidad, esta idea no tiene procedencia directa del escepticismo, ¿Porqué el ser humano escéptico debería aislarse? Qué no acaso: si es un ser sin rumbo, sin creencias fijas y que además gusta de luchar sin finalidad, no le resultaría más sencillo refugiarse en el colectivo, asociarse con los que igual que él están inmersos en esta insaciedad y pasividad. Creer en un hombre que se segrega tendría fundamento en un hombre como el Zaratustra de Nietzsche y no en el hombre light.


Permisividad padre natural del relativismo

“Estamos frente a una ética de los fines o de la situación” Obviamente la ética es en situación y por tanto no hay cosas buenas ni malas en sí. Hacer la homologación de: Ética en situación y ética de los fines es malintencionado y peligroso.
No es lo mismo aceptar como válido que todo acto para poder juzgarse como ético, debe situarse en contexto y entonces deliberar sobre dicho acto, a; Aceptar como válido que los fines puedan determinar si un acto es ético o no lo es. La confusión anterior podría justificar la acción militar sobre la comunidad estudiantil para poder tener las calles limpias para algún evento deportivo de interés internacional.
“El derrumbamiento axiológico produce vidas vacías”[4]¿La construcción axiológica construye vidas plenas? Recurrir al fin de las certezas autoritarias y axiológicas como origen del vacío moral que además intenta fundamentar anteriormente en el materialismo y en el nihilismo la cultura, no tiene fundamento alguno.

Un concepto de verdad simplista y autoritario

“Aspirar a la verdad, es aspirar a lo mejor de nosotros mismos” Entender el pensamiento Nietzscheano como nihilista y como hierático, no es más que una pobre interpretación que hace Enrique Rojas de un esquema de pensamiento que pretende generar una ética personal sin el sesgo de la moral europea cristiana del siglo XIX. Esta tendencia a descalificar la idea de ruptura, consciencia y reflexión como “nihilismo” es una malintencionada forma de explicar porqué lo que el dice debe ser considerado como mejor, aunque no necesariamente lo argumenta mejor que Nietzsche.
“El hombre light, muestra curiosidad incesante pero sin brújula”[5]El problema es que esta “brújula” el autor pretende sea hallada fuera del hombre mismo, en vez de proponer una introspección que genere una idea crítica de sí mismo, lo que propone es darle a este hombre una dirección. “La misión del intelectual es guiar a la mayoría en busca de la verdad”[6]¿Sí? Guiar, entendido como guía una brújula es una indicación que debe ser entendida de forma cardinal, o uno u otro lado. Este miedo al relativismo proviene de la idea que tiene Rojas, que ya existe un orden deseable y mejor para todos los hombres y que son los intelectuales los que deberían conducir al resto de los hombres a un camino distinto. Lo que no sé si no sabe o no se percata es que ese es el principio de todas las instituciones de poder social de la modernidad, pareciera ser que está abrigándose en el propio Hobbes al proponer una nueva edición del contrato social.


El relativismo satanizado

“El prototipo de hombre light, busca el absoluto” Y lo busca por medio del relativismo. Pero, ¿No el mismo autor está relativizando actitudes particulares del hombre light, para llevarlas a definiciones absolutas? Si el hombre light compra cualquier cosa, es en manifestación de su consumo = libertad y lo hace por ansiedad y vacío. Las verdaderas motivaciones prácticas desaparecen para dejar a ese hombre, deshumanizado, mecánico y analizado como una rata de laboratorio. Entonces, Es a caso el autor el primer “hombre light” ¿Porqué este constante satanización de la relatividad? ¿Qué necesidad de demostrar que las condiciones no juegan un papel importante en cada situación?

El problema de dichas sentencias, es que no se abren al dialogo, al comentario, a la discusión, no relativizar no condena a absolutizar ni viceversa, entender los extremos como las únicas soluciones posibles son una contradicción en sí mismo para una persona que argumenta su tesis en principios aristotélicos. ¿Y el punto medio?

Separar Libertad y Liberal como justificación de la coerción
Sin éxito, el autor desdobla los conceptos de liberalidad, y permisividad y trata de hacerlos ver como algo indeseable, sin realmente tener una sola razón válida para dicho planteamiento. Dice que una tolerancia total no sería deseable, que abrir las puertas de par en par a la libertad, debe entenderse de forma adecuada. O sea que la libertad de puertas abiertas en sentido literal, ¿No es adecuada? Debe existir, según Rojas lineamientos que coarten la libertad de las personas para que estas se orienten a ciertos fines por sobre otros, ¿Cuáles fines y quién los determina? Y bajo que premisas, eso no lo menciona el autor.

“Emergen interés miniaturizados… se deslizan a una indiferencia relajada” esta descalificación a la pluralidad es una triste manera de intolerancia, preferir un espectro de posibilidades limitado por encima de la posibilidad de avocarse a cualquier otra cosa que se desee, es claramente una forma de pasar por encima de los deseos y derechos de las demás personas. Llamar secta a una religión sólo por no ser la preferida se llama intolerancia.

Relativismo y Permisividad

“En tanto que una respuesta muestra de una población a un tema planteado, es un error, por que la verdad no proviene de lo que diga la mayoría, sino porque en sí mismo algo resulta positivo o negativo” ¿Qué resulta positivo o negativo en sí mismo? El relativismo no es un consenso de lo que diga la mayoría, entenderlo de esa manera es equivoco y plantearlo es engañoso.
Mientras estoy absolutamente de acuerdo que la verdad que proviene del consenso de una muestra de población no es válida, tampoco creo que exista algo como bueno o malo en sí mismo. Eso desprendería el contexto social y humano de las situaciones y hacerlo abandona por completo el ámbito de la ética.
Sobre la sexualidad light

No existe nada realmente profundo de dicho análisis, el autor vacía una serie de opiniones anticuadas sobre cómo operan los individuos en términos de sus deseos y comportamientos sexuales.
“La pornografía es todo lo contrario a la sexualidad verdadera” una persona que descalifica los conceptos desde una perspectiva absoluta, está condenada a contradecirse en la praxis de la actualidad. El hecho de que algo no concuerde con los conceptos personales no lo despoja de su condición de realidad y verdad.

Sobre la palabra “Light”, la comodidad y el sentido de la muerte

Desgraciadamente la necesidad del autor por hacer sonar sus premisas apremiantes, lo hace caer una retórica, que si bien sus argumentos se caen a pedazos uno tras otro, dicha retórica lo coloca en una posición de padre regañando a su hijo, mismo que pierde todo valor objetivo.

En muchas palabras y valiéndose de muchas particularidades para nombrar problemas sociales complejos, el autor desglosa una serie de elementos además comunes y satanizados en todas las épocas, los medios de comunicación como motor activo de la permisividad y apatía de los seres humanos en una sociedad, las relaciones superficiales que se llevan hoy en día, los sistema de producción poco o nulamente sustentables, que nos arrastran a una situación de desperdicio y sobre consumo, La carencia de valores en un sentido judeocristiano y sin apego a la autoridad, la necesidad de solucionar en el corto plazo los problemas complejos, hacen que el hombre salte de una solución sencilla a otra, sin concentrarse en el resultado y saciando su necesidad de cambio con un producto que lleve simplemente dicho nombre.

La comodidad que produce vivir de manera superficial provoca que los seres humanos se vuelvan lentamente menos hábiles para pensar y que con el tiempo pierdan casi por completo su sentido crítico.
Sin embargo, Rojas está más concentrado en explicar en términos prácticos, los hechos particulares que parecen propiamente dicho, consecuencias lógicas de una sociedad con dichas características, y que pensar en corregir dichas conductas por medio de la coerción no hace más que tapar el problema esencial.
Este rompimiento del que habla Enrique Rojas, “hay que hacer una llamada a la capacidad oral y espiritual, si queremos sacar al hombre light de su estado actual”[7]es más bien un readoctrinamiento del hombre moderno en parámetros de una ética aristotélica clásica.

En vez de proponer un despertar, una consciencia, una profunda sensación de malestar que conduce al hombre a pensar y tomar consciencia, por si mismo de su situación, misma que lo obligue a modificar su conducta y a pensar en la necesidad de buscar una mejor calidad de vida para todos los miembros de su comunidad, entendiéndose como comunidad a todo el entorno. Más bien Rojas se cansa de satanizar lo malo del ser humano y de enaltecer los valores como la verdad y el bien en sí mismo, que no sólo no explica cómo alcanzarlos, sino que además juzga a quien no los considera los bienes supremos.

La vida no se improvisa y la vida como problema

¿La vida no se improvisa? ¿Existe un manual sobre cómo debe vivirse la vida? “Los psiquiatras sabemos la importancia del troquelado familiar en la formación de la personalidad” la arrogancia con la que el autor habla de los hombres como ratas de laboratorio y su ejemplo de ver la vida como un problema explica en cierta medida porque dice todo lo que dice y a su vez las formas que utiliza para plantearlo todo de esta forma.

El problema de ver por encima de la propia vida y empezar a enlazarla desde un lugar que no existe, satanizando y santificando conceptos de manera arbitraria, sólo con el afán de llegar a una tesis que como bien dice Enrique Rojas es una denuncia, pero de su ignorancia, arrogancia y falta de apertura ante la forma de desarrollarse de la sociedad.

Todos los seres humanos estamos inmersos en la realidad y formamos parte de su presente y de su construcción. Entender la sociedad actual como consecuencia únicamente del paso del tiempo y ver al ser humano como una ficha de ajedrez que venido recorriendo el tablero a la voluntad de una mente maestra es claramente deslindarse del problema.

Pues lo hombres no hemos llegado a estas instancias de la sociedad por una cuestión fortuita, son todas las ideas de orden y progreso desde el renacimiento hasta el siglo XIX las que han permitido que ciertos grupos con base en ciertas ideas, ejerzan el poder y permitan cegar de manera gradual y casi descarada al resto de la población.

Entonces no entiendo como citando a los griegos, santo Tomás, Agustín, al mismo Hobbes y muchos más, pretenda generar una tesis nueva y salvadora, si en manos de dichas tesis construimos nuestro presente.

La filosofía y el hombre desde una perspectiva médica

Aunque el autor debió sentirse con plena autoridad, para hacer una interpretación filosófica del hombre y de la sociedad desde los ojos de un psiquiatra, es claro que no tiene claro lo que es una estructura lógica, la importancia de verificar sus argumentos, cuidar la neutralidad siempre que sus argumentos deberían ser en sí mismos pilares de sus ideas y no la retórica tenga que venir a ensalzar la necesidad de hacer énfasis en algo, lo único que se enfatiza es la falta de capacidad intelectual.

Paradójicamente Enrique Rojas habla de humanizar al hombre, de instruirlo en las humanidades para que se haga consciente de su condición de ser humano, de su poder y valor individual, de la importancia de la vida por encima de los intereses materiales y políticos, pero en realidad el juzga al hombre desde una visión clínica. A la primera oportunidad lo atrapa en sentencias como, “La psiquiatría sabe que X lo determina Y” Robándoles a los hombres la capacidad de autodeterminarse, de romper el esquema que sólo existe en la mente del autor, y que generaliza y adopta una postura universal cuando en realidad existen millones de parámetros que hacen de cada situación y cada hombre único.

El patético intento de solucionar los problemas de una sociedad, llena de diversas necesidades, plagadas de procesos históricos diferentes, de tiempos, latitudes, culturas y necesidades todas distintas y tan vibrantes a su propio ritmo, por medio de un intento de ética universal en el que todos partiendo de ser “hombres light” deberíamos adoptar una consciencia sobre una moral que coarte nuestra libertad con el fin de que todos podamos gozar de una felicidad igualitaria, aparentemente en el sentido hobbesiano, en donde el bien supremo sea la felicidad como un proyecto de vida, donde el amor y el trabajo deban regir las condiciones por las cuales los hombres valen dentro de una sociedad.

Si bien no explica como sobreviviríamos fuera del materialismo y el consumismo, Rojas si propone que es aberrante y el motor de nuestra permisividad, misma que nos lleva a volvernos escépticos al grado del nihilismo, por lo que nos extinguiríamos como sociedad.

Este tipo de pensadores, son los que confunden y convierten la ética y la moral, los valores y la importancia de la consciencia en uno mismo, temas aburridos, triviales e inaccesibles al lector y al estudiante común, porque en ningún momento el autor se esfuerza por hacer consciencia sobre la importancia de pensar, la clave de la que necesariamente debe partir toda pretensión ética, es del pensamiento de cada uno de los individuos, cualquier cosa parecida, engañosa y maliciosa como este texto, sólo será un intento fallido de imposición doctrinal.


[1] El hombre Light, Perfil Psicológico. Ideal Aséptico pag. 18
[2] El hombre light, hedonismo y permisividad pag. 21
[3] El hombre light, hedonismo y permisividad pag. 24
[4] El hombre light, Revolución sin finalidad y sin proyecto, pag. 24
[5] El hombre light, Verdad y libertad Pag. 38
[6] El hombre light, Verdad y Libertad, pag. 38
[7] Hombre Light, el regreso a los valores. Pag. 163

Crecer

Por: Paulina Granados Navarro

Es de noche, nos sumergimos en un ambiente taciturno. La luz general es amarillenta y  tenue pero hay una luz blanca que hace posible la distinción de la entrada de un edificio verde. La puerta es de cristal, sinceramente muestra que en su interior hay un pasillo que encara a una pared artística, pues en su totalidad exhibe bodegones, cada uno de ellos encarándose estáticamente ante el espejo.

Es tarde, hace frío. Enfrente del edificio se estaciona un taxi amarillo del cual desciende un hombre delgado con algunos indicios de canas, en su piel se marcan apenas algunos surcos formados por las arrugas de expresión. Tiene un aspecto impecable, un portafolio y una bata blanca en el antebrazo. Paga y se dirige hacia su casa cuando se percata de que una horrible mancha ensucia la pasividad de su porche. Mientras el Doctor Pausanias se acercaba, detectó un apeste que lo obligo a respirar lo menos posible aguantando la respiración.

Su curiosidad era grande, observó analíticamente hasta distinguir un bulto de cobertores apestosos; las mantas eran de un gris homogéneo con destellos de los colores originales. Distrajo su mirada al avanzar para sacar las llaves cuando tropezó con un pie igual de negro calzado de tacón que se asomaba entre tantas cobijas. Se escuchó un grito nauseabundo mientras se movían las telas, pues de entre ellas salió un indigente como si fuera un zombie que sale de su tumba. El médico se estremeció sin poder evitar preguntarle que si se encontraba bien en vez de gritar. El hombre que tenía un trapo morado amarrado en la cabeza, encogió su pierna sollozando, interrumpiéndose con tosidos. Pausanias ansiaba entrar a su casa pero cierto humanismo o lástima se apoderó de él, obligándolo a dar una consulta express.

El paciente vociferaba cual demonio, daba la impresión de regañarse a sí mismo. El profesionista se agachó de cuclillas después de haberse puesto la bata para examinar a Asclepio y pudo ver cómo sus lágrimas enjuagaban la suciedad de su cara.

Vamos a ver. Dijo el profesionista mientras se ponía un guante blanco que había sacado de su portafolio para poder tocar sin peligro de contagio la pierna del enfermo. Presionaba al azar el miembro enfermo preguntando: ¿Duele? Recibió como respuesta chillidos de perro hasta que al tocar la pantorrilla, donde se sentía aguado, el chillido se convirtió en aullido de lobo.

La curiosidad del experto fue un incentivo para iniciar la búsqueda de alguna herida entre las costras de suciedad en la pierna. El olor era insoportable porque ya de cerca la peste se abstraía a un fétido olor a orines, aún así el morbo de Pausanias era estridente. Al fin encontró una pequeña herida circular por la espinilla, estaba infectada ya que por dentro tenía indicios blancos y por fuera estaba rosadito. El cirujano sin pensarlo dos veces apretó con el pulgar y el índice la incisión para exprimir cual si fuera un grano. El herido gritó agudamente e inútilmente intentó detener al intruso, quién atento presenció una explosión de millones de gusanitos blancos que apresurados se amontonaban al salir del cráter cutáneo. El asco fue tanto que aventó la pierna y se levantó rápidamente recordando su lema. -El mejor médico es el que no permite que sus enfermos se pudran, sino que los entierra inmediatamente.-

Decidido comenzó a patear el cuerpo infectado hasta dejarlo inmóvil. Ruido y calma. La culpa se hizo presente de tal modo que optó por refugiarse en su casa, sin entender que aquel hombre no moriría porque es alma pura. Que el alma hiede al lugar donde estuvo previamente, el inframundo.       

La importancia de escribir

El que no escribe no se entiende así mismo. El que cree entender las ideas y no las puede poner en palabras no puede vivir de acuerdo a sus propias premisas. Porqué no las conoce. Tener nociones ayuda a construir todo tipo de conceptos sin embargo, debe haber una acción transformadora de las nociones en conceptos.

Si bien no es necesario conceptualizar todo, y además dado que la definición de cualquier concepto sólo es válida en situación y en el presente, existe una eterna condena a la redefinición, o la definición constante e infinita; la definición funciona como una herramienta que facilita la construcción de principios reglas, planes, reflexiones y conclusiones.

Las palabras que conocemos son los colores, las formas, los matices, las formas de nuestros pensamientos. Por tanto, mientras más se enriquezca el acervo intelectual más grata será la experiencia del pensamiento. A diferencia de la experiencia sensible, el vocabulario y los conceptos están definidos bajo un cierto número de parámetros que permite ubicarlos dentro de una esfera en particular. Por esta razón el intelecto se vuelve una herramienta que permite una experiencia sensible más completa al permitir la interpretación y análisis de dicha realidad.

Sin que los elementos intelectuales sean los únicos ha apreciar en un intercambio con el universo, definitivamente para los seres humanos la incapacidad de disociar la experiencia sensible del razonamiento lo obliga a utilizarlo en su beneficio, o se condena a sufrir las interpretaciones inconclusas de una mente que no sabe expresarse.

Heráclito

El pensamiento que encuentro en Heráclito me parece profundo, bien estructurado, concreto, innovador, circular en el sentido que Heráclito lo pretende y también arrogante.

Me parece atinado e innovador que proponga esta eterna transformación de las cosas, la vida y la muerte fundidas en cada instante de la vida. El concepto de que todo es una y la misma cosa. Me parece arrogante que juzgue de vulgo a aquellos que no piensan o que no se comprenden así mismos. Pues el pensamiento es una herramienta de los seres humanos que estos pueden o no usar.

De nada valdría a los hombres que sus deseos fueran cumplidos. 

El entendimiento de todo como uno, y uno como todo. La relación circular e infinita entre opuestos genera la noción de atemporalidad, de la carencia de importancia en los fines y en las metas. El simple y llano hecho, si puede ser llamado de esa manera, de vivir es suficientemente grandioso para que los seres humanos puedan estar agradecidos siempre, y sí no fuera cuestión de agradecimiento, si habría una revaloración de las cosas que los seres humanos llevamos a cabo en la vida, puesto que todo es transformación, movimiento, cambio, la idea de trascendencia se vuelve un necia.

Los acontecimientos no necesariamente conducen hacia ningún lado, y los seres humanos con su actúar forjan el devenir de las cosas y forman parte del flujo natural de todo, que pareciera ser inalterable.

Es mejor ocultar nuestra ignorancia, pero es difícil hacerlo en el ocio y junto al vino.


Al alcance de los hombres está el conocerse a sí mismo y ser sabios. 

Si bien me parece juicioso, para Heráclito la sabiduría es alcanzable y deseable para todos los hombres. De hecho crítica constantemente a Hesiodo y a Homero, manifestando una clara ruptura con el conocimiento de tipo mítico, restándole importancia a este, y enalteciendo el valor de la razón y el pensamiento filosófico como llave para acceder a la verdad (logos).

El tiempo es un niño que se divierte, que juega con los dados: de un niño es el reino. 


La mayoría no considera los hechos que advierte, ni los comprende, pero procede como si los comprendiera. Spengler comentando a Heráclito. 

El valor de las ideas de Heráclito está en la implicación de que todo es uno. Esto nos obliga a repensar todos nuestros actos como una sola consciencia, al nosotros determinar el destino mismo de todo y todo determinar el destino de nosotros, no hay forma de evadir la responsabilidad de actuar de acuerdo a la satisfacción de necesidades universales y no sólo sobre vanos deseos personales.

Pensar rectamente es la máxima virtud, y la verdadera sabiduría consiste en hablar y actuar de acuerdo con la naturaleza. 

Heráclito no escribe propiamente una ética, sin embargo constantemente afirma cosas como: Pensar rectamente es la máxima virtud; actuar de acuerdo con la naturaleza, desdeña a aquellos hombres inconscientes y torpes, juzga de vulgo a cierto tipo de personas, etc. Parece ser, que para Heráclito sólo por medio del pensamiento y el conocimiento de uno mismo, se puede acceder a una integración con el flujo natural o devenir de las cosas.

Lo cual no entiendo si todo tiende a ser cíclico y todas las alteraciones en el universo de los seres humanos, son auto equilibradas de manera natural, ¿Qué sentido tendría actuar de una forma sobre otra, si al final estamos adentro de esta interacción dicotómica que obliga al equilibrio al final de todo?

Difícil es luchar con el corazón. Y es el alma (psique) la que debe pagar por sus deseos. Duro es luchar contra el corazón (tymos) . 


Lo que quiere lo adquiere a expensas del alma (psique). 

Reforzando lo anterior, Heráclito continúa esbozando que existen deseos del corazón, mismos que interpreto como: impulsos, emociones, sensaciones, actos viscerales e instintivos, propios de la naturaleza animal del ser humano, que no son deseables, pues el alma (psique) debe pagar por dicha acción.

Este «pago» proviene de la misma idea que todo es uno, y para poder hacer cualquier cosa, dicha cosa implica un gasto, una transformación, la desaparición sólo por así decirlo, de una cosa y la aparición de otra. Al preferir la existencia de una cosa sobre otra, claramente se está haciendo una valoración de las cosas. 

Heráclito tiene fuerza en sus palabras, sus ideas son poéticas, profundas y espirales. Desdeña al que no piensa y engrandece al que lo hace. Propone que por medio de conocerse a sí mismo se puede conocer el universo. La unidad y el conflicto como motor de dicha unidad, hasta el punto de su breve separación para condenarse instantáneamente a la reintegración, lo más cercano al concepto y diferenciación de la vida y la muerte.

Un pensador que vislumbró en el conflicto la creación de todas las cosas, el devenir natural de todo como hilo rector, nos hace pensar en una visión determinística de la vida, pero en cierto sentido, el hombre al desconocer dicha determinación, puede proceder como si él fuera quien rige su propio destino, una vez que ha hecho consciencia de sí mismo y su poder. Finalmente si el mismo es todo, podrá determinar por sí mismo el destino del mundo. Ideas poderosas para no haber tenido electricidad.

Sobre las drogas de poder

Hoy por la mañana, me preguntaba una de las tantas voces que habitan en mi cabeza, que opinaba sobre las drogas de poder y de manera sucinta esto fue lo que le respondí, obviamente en silencio y con mucha paciencia:

No creo que exista tal cosa como las drogas de poder, y no es que niegue los probados efectos, tanto alucinógenos como mentales que provocan diferentes sustancias, pero creo que el poder no proviene de las sustancias sino de la misma capacidad humana de sentir.

Sería aventurado emitir juicios sobre cuestiones físicas, químicas y médicas, por lo que trataré de explicarme desde el ámbito de la filosofía y la especulación racional, por encima de una serie de pruebas fisico-químicas mismas que, de por sí, ya me hacen dudar bastante.

Las diversas situaciones a las que se ven orillados los seres humanos a lo largo de su vida, producen una serie de efectos de todo tipo en la forma como estos perciben la realidad, es decir: Los acontencimientos del mundo afectan y forman la percepción de las personas.

Estamos expuestos a una gran cantidad de productos, hechos de una gran derivación de componentes de todos tipos, simplemente las envolturas de estos productos ya resultan bastante escalofriantes, en términos de componentes creados por el hombre.

Sin que esto me asuste o me ocupe demasiado, es un claro ejemplo de la casi absoluta ausencia de pureza en el entorno en el cual vivimos. Dicho lo anterior empero, jajaja empero, vivimos en un ambiente artificial, química y físicamente modificado según nuestra necesidad y la necesidad misma de los productos de resistir las inclemencias del paso del tiempo. Nosotros mismos nos vamos modificando en la medida que podamos seguir manteniendo la apariencia, o el ritmo de vida que nos gusta llevar, aunque esto implique dejar la pureza de la cual partimos, y eso, en un sentido meramente coloquial puesto que nosotros desde que somos concebidos hasta que nacemos ya tenemos una fuerte cantidad de elementos no naturales en nuestros organismos, tales como: vitaminas, minerales, suplementos, etc.

Del término: «lo natural» y la contradicción con la que se aplica


Ya que atravasé un poco sin desearlo, el tema de «lo natural» me gustaría abundar en mi opinión sobre como la gente utiliza el término para justificar sus principios morales fundamentales, aún cuando no sólo no tenga sentido sino que ampliamente se contradice de acuerdo a la circunstancia, necesidad del discurso y en el peor de los casos, la cerrazon personal de cada individuo.

Según la Wikipedia; y muy a pesar de los deseos frustrados de mi maestra checa sobre la calidad de la información encontrada en esta plataforma, he decido usarlo no sólo porqué confío plenamente en la validez de este recurso, sino que además uno puede verificar dichas referencias, mismas que adjunto aquí. por desgracia las personas con los años se vuelven mentalmente viejas y todos los conceptos que se empecinaron en poseer se vuelven muros de concreto que los encierra en sus cenilidad y aisalmiento. Y sí, la desprecio profundamente; la naturaleza o lo natural es:

La naturaleza o natura, en su sentido más amplio, es equivalente al mundo naturaluniverso físicomundo material o universo material. El término «naturaleza» hace referencia a los fenómenos del mundo físico, y también a la vida en general. Por lo general no incluye los objetos artificiales ni la intervención humana, a menos que se la califique de manera que haga referencia a ello, por ejemplo con expresiones como «naturaleza humana» o «la totalidad de la naturaleza». La naturaleza también se encuentra diferenciada de lo sobrenatural. Se extiende desde el mundo subatómico al galáctico.
La palabra «naturaleza» proviene de la palabra germanica naturist, que significa «el curso de los animales, carácter natural.»1 Natura es la traducción latina de la palabra griega physis (φύσις), que en su significado original hacía referencia a la forma innata en la que crecen espontáneamente plantas y animales. El concepto de naturaleza como un todo —el universo físico— es un concepto más reciente que adquirió un uso cada vez más amplio con el desarrollo delmétodo científico moderno en los últimos siglos.2 3

  1.  Harper, Douglas. «Nature». Online Etymology Dictionary.
  2.  El título del libro Philosophiae Naturalis Principia Mathematica de Isaac Newton (1687), por ejemplo, se traduce por «Principios Matemáticos de la Filosofía Natural», y refleja el uso frecuente, en aquella época, del término «filosofía natural«, que equivale a «estudio sistemático de la naturaleza».
  3.  La etimología de la palabra «física» revela su uso como sinónimo de «natural» a mediados del siglo XV: Harper, Douglas. «Physical». Online Etymology Dictionary.

Si bien no quiero destruirme la mente rebotando entre conceptos más complejos y que además no tiene sentido ir para allá, (hacia la destrucción de la mente) lo natural es ese curso de los elementos existentes sin que el ser humano infrinja dramáticamente en él.

Un ejemplo simple sería una planta que crece a raíz de la caída de un fruto, dicho fruto caído producto del viento. Y así sin mayores ayudas desarrolla una planta.
Por más estúpido que suene lo anterior, eso es lo que en términos muy generales podríamos entender como natural.
Visto desde esta perspectiva, nada de lo que nos sucede hoy en día es natural. Desde que despertamos, lo que comemos, en donde vivimos, cuando excretamos (por lo menos generalmente) y hasta usar un condón para evitar la fecundación es antinatural.
Hasta ahora nada de lo anterior debería asustar a nadie. Somos seres que vivimos de forma antinatural y cómoda, que comemos más de lo que necesitamos y bebemos más de lo que sacia nuestra sed. Eso sin contar la cantidad de cosas que consumimos con la única finalidad de obtener placer, en cualquiera de sus presentaciones.
Es probable que exista un porcentaje de seres humanos que tengan un estilo de vida más apegado a lo natural, pero eso no me es relevante en este momento.
Lo que si es relevante, es cuando las personas utilizan el término: «lo natural» como lo que la moral que ellos conocen y que además profesan, dicta. Utilizan lo natural y lo antinatural como actos que la naturaleza misma aprueba y desaprueba, no hay nada más juicioso y ridículo que sostener la premisa que algo que es antinatural debería evitarse.
Entonces tendríamos que dejar de vivir como vivimos, y esas cosas consideradas antinaturales, pasarían a un segundo término, a distancias planetarias el primero del segundo.
Regresando a las drogas de poder y el poder de la mente humana

Podría decirse que las sustancias estimulan el cerebro permitiéndole alcanzar estadios superiores, o para no entrar en más polémicas dentro de mi cabeza, digamos «diferentes» pero cabe señalar que por medio de prácticamente cualquier actividad, los seres humanos podemos producir todo tipo de sustancias, mismas sustancias que actúan como dichas sustancias de poder produciendo sensaciones, experiencias y nuevas realidades.
Por lo tanto, es el poder de la mente aún más poderoso que la capacidad de ingerir sustancias y el curso que define una vida, proviene primordialmente de la sensación de dominio de uno mismo, por encima de la experiencia momentánea que pueda tenerse por el consumo de alguna sustancia.
En mi opinión, las sustancias deben consumirse meramente con fines recreativos y en general el ser humano debe estar abierto a cualquier tipo de experiencia que le permita conocerse a si mismo. Ahí radica el poder en sí mismo.