Es como un escalofrío en el estómago,
un medio conocido por liberarse,
la calma parece escaparse,
y este día tan nublado.
Las voces suenan lejanas y frías,
como si no me escucharan.
mis plegarías se disuelven en risas,
como si alfileres en mis manos alguien clavara.
Por eso pido paz por clemencia,
y doy todo por un instante,
si escuchas con paciencia mi demencia,
si aceptas conmigo que todo aún no es bastante.
Quedate y te hablaré de recuerdos,
te contaré mis historias,
te llevaré a un lugar secreto,
ayudame a pensar menos en mis memorias.
Dejar por un segundo de ser yo,
y ser tu compañía,
para no pensar tanto,
vivir un instante una alegría.