Junio en la ciudad

Este día se acumulan tantos días de no escribir aquí.

Cómo el cerebro se acostumbra a hacer lo que le gusta, a repetirse algunas historias una y otra vez.

Los día pasan lentos, largos y cansados. Llenos de actividades variadas y cada vez más bizarras. Los lugares que demanda visitar la agenda de relaciones públicas de una banda musical, son sin duda de un espectro de lo más amplio. La música cabe en todos lados y por todos puede ser recibida como un hermoso regalo.

Ha sido para mi y para todos glorioso conocer tantas personas tan talentosas y tan bellas por dentro y por fuera. Ha sido un gusto reconocer los rostros de aquellos que se la juegan por sus sueños y que con sus propias manos conectan hasta el último de los cables que hacen de su música una pieza contemporánea y original de la tierra donde está sonando. No se agota el talento y de la sinergia emanan nuevas vibraciones iguales o más de altas. Estos encuentros me han regresado la ilusión y me han traído la obligación de seguir soñando cada vez más profundo.

Es un excelente tiempo para desafiarlo todo y empezar, continuar o terminar, salir o entrar, volver a nacer o morir.

Un camino por el tiempo de espera

Sabemos que el camino de la disciplina parece más largo, pero es sólo porqué conduce más lejos.

Hay una eterna contradicción en lo más profundo de mi centro. Entiendo que una parte de mi quiere destruirme y la otra protegerme. Ni siquiera por un fin moral en particular sino sólo por supervivencia, existencia demanda movimiento. Paz implica morir un poquito. Pero morir está bien también.

Saber que los deseos se cumplen nos obliga a esperar. Aprender a esperar por lo que deseamos es lo que realmente nos hace humanos.

«You were given this life because you were brave enough to live it».

Mi vida ha sido tocada por muchos mundos hermosos que me enseñan y que me ayudan a seguir dando más de mi. Se manifiestan los lugares donde hay aprendizaje y apreciación de mi luz.

Silencio, respira y cuenta hasta 10. Así por mil veces. Cuando te sientas más tranquilo, escucha al silencio, deja que te hable sin palabras.

Escucha, sin juicios pero sobre todo agradece el mensaje. Repite hasta que entiendas todo.

Sobre la historia perfecta

El sueño de la perfección vive en nuestro corazón y de alguna manera nos lleva a luchar por algo que según nosotros debe existir.

Los seres humanos corremos todas las semanas la misma aventura con la esperanza de esta vez lograr conectar la cadena de sucesos perfectos que nos cambien la vida. Aunque la experiencia y los años, nos hagan replantearnos todo, no siempre cambiamos a tiempo nuestros hábitos.

Muchos de nosotros estamos alcanzando una realización y una transformación, un cambio una madurez un sentido común de convivencia, una conciencia del otro. Un despertar.

Si podemos dejar de ser el centro de nuestro problema y podemos vernos como la solución al problema de todos, tendremos una pacífica transformación del espíritu humano a una dimensión más trascendental sin tanto sufrimiento y agonía destructiva.

Hay que mantenernos humildes a la escucha constante de lo que nos dice la vida y el mundo. Deja que el silencio te hable, que los que no callan te den voz y sino entiendes esa voz, agradece que puedas reflexionarlo. Lo diferente sólo es principio de una forma alternativa de conectar lo mismo.

Veo morir con la buena cara que se puede todo lo hermoso de lo vital. Entiendo porqué nos aferramos a este plano y porqué sentimos que lo podemos experimentar eternamente. Pero en esencia nos estamos haciendo daño y las almas se están amontonadas experimentando mucho dolor innecesario. Podemos matarnos menos, y vivir mejor los que puedan vivir después de tanta destrucción.

Un ciclo de cambios

Entonces en unas 12 semanas estaré listo para irme a Berlín a buscar una casa. La vida se pone de nuevo a jugar a la ruleta con las opciones, con los países con las personas. Las historias empiezan a escribirse en cada deseo que se manifiesta, que se sueña y se comparte en voz alta, con sonrisas y con ganas de que sea mañana.

Realmente ya estamos alcanzando una paz muy sana, casi mundana. Pero justamente estamos buscando algo más que una caricia en la mejilla de la existencia, estamos sacudiendo fuerte la realidad para que se alcance a sacudir un poquito de tanta mierda que le cuelga de tantos hijos de puta que estamos aquí, no más usando bolsas de plástico para todo.

Es Junio, estoy en México organizando una gira musical para una banda de Argentina. Planeo irme a Berlín tan pronto como pueda y estoy balanceando la vida adulta y los deseos de la adolescencia. Que todo salga perfecto como siempre.

Namasté

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