Y aquí está uno en el aeropuerto, con una bolsita llena de zapatos, para no tener que dejar fuera los clamatos y la salsa valentina. Siendo una persona distinta pero siendo siempre el mismo.
Austin es una fuente de inspiración para mí. Es tan americano y tan mexicano al mismo tiempo, hay una transformación tan elegante y llena de magia que me cautiva cada que vengo.
Ahora es tiempo de ir a Houston y de poner en papel todos estos planes tan interesantes que tenemos. La implementación de la estrategia está a la vuelta de la esquina y por ahora sólo tengo en mi cabeza, que las salsas lleguen sin explotar a Buenos Aires.
Quiero recordar este momento, esta música de Zero 7, la sala de abordar no. 18 , mi canon sin tarjeta de memoria y la señora sensual en ropa deportiva frente a mi. Un día uno mira hacia atrás y todas estás cosas habrán pasado. Pero los sueños y los momentos, como tatuajes nos acompañan desde el subconciente, nos llenan la cabeza de esperanza y nos recuerdan porque estamos cansados cuando aterriza el avión.
Ya vendrá el tiempo de volver, por ahora hay que seguir adelante y en la mira se encuentra la firma del tan esperado contrato, la presentación en New York City de la tésis doctoral y la incorporación de DF Producciones Buenos Aires.
Apunta a la Luna, así aunque falles, llegarás a la estrellas. (Yo, hace como 10 años)