Presos del tiempo,
condenados a seguir,
aún en la muerte,
los vivos nos llevan con ellos.
Rezagados en el pasado,
anhelando el futuro,
gozando o malgastando el presente,
nos sentamos todos a comer.
Entre promesas y disculpas,
se liberan o se hunden los remordimientos,
entre lágrimas y abrazos,
se sueña con despertar de algunas pesadillas.
A gritos y en consejos,
entre bromas y palabras de aliento,
se nos van los buenos deseos,
por el miedo a decir te quiero.
Somos como estrellas,
y nos cubrimos de artilujios,
jugamos a brillar un poco más.
Unos se levantan por última vez,
otros nos preparamos para caer,
entre bridis, versos y canciones,
los niños se van a la cama.
¿Qué nos cuenta el tiempo?
¿Qué nos dice el pasado?
¿A qué nos sabe el presente?
¿Que tan frio será el futuro?
Pero que suenen las copas,
unas contra otras,
y las gargantas bebiendo,
que se está acabando el tiempo.