La espera

De cuando en cuando nos encontramos esperando que algo inmediato suceda. Cuando nos damos cuenta, esperar por situaciones inmediatas se traduce en una larga espera por cosas que consideramos trascendentales, como nuestros sueños, nuestras metas, nuestro destino.

Entonces la vida es una continua espera, hasta que al final se termina con la muerte.

Sòlo haciendo consciente la espera y viviendo los momentos entre una cosas y otra es que la vida puede cobrar al menos algo de significado.

Sueños con aromas y sensaciones reales

No es fácil ver el presente y el pasado juntos en un mismo lugar caminando juntos. Y menos cuando no entiendo el presente y extraño tanto el pasado.

Porque en sueños, que además me atropellan y me llevan practicamente a un coma inducido cuando aún hay luz del día afuera, y me encamina a un torbellino de lugares, aromas, personas y sentimientos, en donde los personajes del pasado, el presente y otros desconocidos conviven como si llevaran una vida de conocerse.

Entre ellos están mis parientes muertos, los lejanos, amigos nuevos, sueños eternos, recuerdos idealizados. Pero todo se exacerva de una manera perfecta, tu cara, tus labios y tu vida, por otro lado también se exacerva la distancia, los deseos, ese eterno desprecio y la burla abierta de la vida y hacia mi, y mi ego.

Cuantos lugares que se vuelven reales, que se vuelven conocidos de otros sueños, pero se vuelven familiares, que puedo dibujarlos en mi cabeza, como esa casa de dos pisos con terraza, puerta de aluminio rayado y concava, el leon de marmol en el medio de la escalera justo frente al baño, y todos los personajes que ahi habitan.

Esas calles que simulan ser la Condesa pero que también pueden ser Polanco y la Roma, tu auto nuevo en color negro, porque así lo grabó mi mente en su recuerdo, aún cuando no sea así en la realidad, porque parece que no hay cielo, sino simplemente todo es una puesta en escena.

Ahi corretean mis primas, las hijas de Javier, pero no con la edad que tienen, si no con la que se ha quedado presente en mi memoria, con sus vocecillas agudas de niñas traviesas, el jardín de la casa de mi tía Rocio, y los invitados, todos juntos en mi honor.

Lugares distantes similares a Las Vegas, y a McAllen, en donde corría en ese otro sueño, asustado en busca de respuestas, ahora sólo ibamos todos por algo de desayunar a las 7:00 pm. Y en ese corto trayecto, juntos todos mis deseos: los de volver al pasado, los de tener un futuro, los de soñar un mejor presente, el ser reconocido como alguien que existe. (y me da verguenza contar esto, porque siento que las personas que estaban ahi se sentiran traicionadas, como si estuviera contando nuestros secretos, como si todo hubiese sucedido verdaderamente).

Después todos reunidos en el agua, en ese canal estrecho y tibio. Entonces nos despedimos por vigesima vez, esperando que vuelva pronto la vigesimo primera, y entonces tu abrazo y tu beso, con tus brazos y labios mojados saben tan igual a la vez que nos besamos en la alberca, tantas veces nos besamos en la alberca que recuerdo tus pequeños labios mojados y frios con sabor a agua y a ti.

Tal vividez me asusta, me excita y me preocupa, me mata y me vuelve loco, porque todo es un sueño. ¿O no?

Después una llamada en tu celular, tu acttud arrogante y al final te alejas para terminar la llamada, ahora me hablan mis miedos, me cuentan las cosas que me aterrorizan, y los clásicos dolores de cabeza que eternamente me han atormentado, como en aquel restaurante que te paraste y te fuiste a concretar una cita con alguien más.

Ahora todos mis miedos, deseos y personajes se vuelven difusos, veo serpientes con alas, las caras mezcladas forman exoticas bellezas, me estoy volviendo agua en una extraña espiral hacia la locura, y entonces despierto.

Mis ojos, mi cuerpo mi ser no puede creer que es verdad, que por un sueño estoy alterado. 13 horas después de un extraño letargo mi mente ha recorrido todos los mundos, y así por fin yo, un fanático del racionalismo, he llegado al punto de sentir miedo de sentir y de pensar.

Como una presa agazapada en un rincón oculta de su predador, así me niego a mi mismo el seguir pensando en todo esto, tengo miedo de volver a sentir mis sueños con tal realidad, que pueda morir en ellos, quiero dejar de pensar por un tiempo, golpearme la cabeza tan fuerte que quede inconsciente, aunque ahora me aterra la idea que en la inconsciencia encuentre otra vez esos recuerdos (o momentos) que huelen y saben.

Eddie

Saber que estas bien

Si tu pregunta es si no moriré hoy, la respuesta es no.

Hablar sobre el bienestar es más complejo, siento que no quiero detenerme, hasta dormir me causa conflicto porque me obliga a pensar una vez más en el fracaso de mi vida, en la muerte de uno de los pocos universos que había creado yo mismo.

Podría hacer una tesis sobre que tan bien o que tan mal me siento, porque sentirme bien sería terminar de aceptar que he perdido, pero sentirme mal sería hipócrita, como el asesino que llora con las manos llenas de sangre a su victima.

Esto también pasará, más no el tiempo juntos… Eso, no pasará jamas.

Un día de furia

Hoy, siento furia.

Estoy molesto por la desorganización, por mi exceso de ideas y mi falta de acción pero básicamente me encuentro fúrico, estoy desesperado pero lo peor es que no hay nada que haga que me calme, fumar me provoca profundo dolor estomacal y no tengo mucha hambre, llevo un par de noches que no puedo dormir, pero tampoco siento deseos de moverme, pero en este momento a las 6 pm que sigo en la oficina lo que se agolpa en mis ojos es furia.

Tengo ganas de gritarle tantas cosas a tanta gente, misma que considero nada tiene que ver con mi estado completo de pasiva intolerancia, respiro y completo las tareas que debo concluir pero me encuentro en un estado en que mi cerebro se encuentra rebasado y que lo único que considero puede darme un poco de calma es quedar inconsciente por un par de días.

La realidad es que no experimentaba tanta furia, odio y dolor hacia algo abstracto que no se como lidiar con esto, ojalá fuera un rockstar de metal y pudiera liberar esta horrenda ira con unos guitarrazos contra el suelo. No es hacia alguien o algo en particular, es el cúmulo de situaciones, desde no poder dormir bien por el hastío y el calor, no poder desayunar por lo recortado de mi presupuesto, no poder expresarme por la falta de compatibilidad a nivel personal con mis colaboradores directos, el aceptar un rotundo fracaso, el no tener auto para transportarme a mi trabajo, vivir con mis padres a los 23 años, y tener tan poco poder e influencia.

Ya, simplemente reventé, sólo fluye odio, rencor e ira de mi, mejor no acercarse por unas horas, me marea este grado tan alto de furia, hoy simplemente todo es demasiado.

Acepto incondicionalmente mi derrota esta tarde frente a la vida y sus serpientes y escaleras, el día de mañana tomaré mis armas para luchar contra ti otra vez a muerte y te juro que ahora sí estaré listo para ganarte.

O aprender a vivir contigo.