Esta vez vamos a imaginar un viaje astral por la tierra.
Tienes un mes para preparte y volar a Berlín. Tú objetivo primordial es encontrar opciones viables de negocios pero, que sean sustentables, ecológicos, buenos con las personas y que tengan un genuino compromiso con la comunidad local en donde se desarrollen sus actividades económicas.
Si bien basta con que tenga algo de todo eso, para modelar una versión perfecta y adecuada a la región en donde funcione. En este tipo de negocios buscamos causar el menor impacto adverso en el planeta, al mismo tiempo que sanamos muchas de las heridas que tenemos como personas, como economía y como colectividad.
Si los proyectos que realizamos hermanan la cultura mexicana, con culturas alrededor del mundo, cuanta riqueza no encontraríamos de la mezcla multicultural; una nueva forma de hacer frente al clasismo y al racismo que gobierna nuestro mundo, haciendo de México un ejemplo de humanidad y derechos de los migrantes.
Al mismo tiempo hay que topar a la banda, comer acido con ellos y preguntarle a madre ayahuasca si este es el camino correcto. Hay ciudades a las que no he ido y este año porfin, caminaré por esas calles y vibraré en esas culturas. No me gusta hacer planes por qué sé que cada lugar tiene una atmosfera propia y sus propios hilos dorados. Para los observadores es fácil enredarse en una profunda experiencia local acompañado tan sólo por la intuición, o con buena fortuna por una poderosa aura luminosa, que te permita no morir ahí aplastado.
En fín, lo importante es que se conecten los proyectos de manera internacional. Que cada proyecto cuente con una estructura que permita a las personas que en ellos colaboren, viajar y vivir en diferentes lugares del mundo. Tener experiencias internacionales, desde la más temprana edad con el fin de la multiculturalización, que sea parte de la cultura mexicana la integración de todas las culturas en el mundo.
Y así eternamente viajar de un país a otro, viviendo por siempre el verano, o el invierno. O al menos tener esa posibilidad y abrirla a millones de otros mexicanos que pueden hacer de su país su orgullo, su fuente de sustento, su fuerza espiritual pero sobre todo, su tierra para ser feliz.
Si bien la mitad de esto ya sucede sin tanta poesía como yo lo describo, aún no tenemos una unión de pensamiento. Aún no firmamos los mexicanos, en que si estamos de acuerdo, y a que sí nos comprometemos. Lo firmamos todos los que votamos antes de que se nos despinte el dedo y le chingamos fuerte 6 años; esta, vez si queremos quinto partido hay que chingarle todos, desde ya!
Imagina que podrás volver y seguir encontrando el desarrollo espiritual de manera formal.
¿Cómo es que será Tokio? y ¿Sí muero en el baño como el de la peli por andar fumando DMT? Realmente mi alma divagaría hasta allá? Ojalá que las almas moren cerca de los suyos en lo que emprenden el vuelo. Parte de hacer un viaje con tantas escalas es con el fin de meditar en todos los países que pueda, llevar la fuerza de mi familia a todos los rincones del planeta y a través de su amor transformar el sufriemiento y tiranía, en amor, paz y comunidad creativa.
Practicar la observación, la paciencia, la improvisación, la simplicidad y la calma. Respirar profundo y tratar de estar lo más presente posible.
No quiero escribir mucho más, sólo saber que estoy presente, que entiendo mi responsabilidad y que confio plenamente en que mi trabajo y mi energía se están entregando correctamente por el bien de todo.
Que todas las cosas que no alcanzo a comprender no me nieguen la posibilidad de crear y de seguir transfomando mi realidad. Que la magia supere a la razón y las personas sientan antes que su pensamiento les dicte que se debe hacer.
Namasté.