Este es un cuento escrito en forma de poema, para no tener que hablar de cosas tristes.
La tierra y el sol
Como siempre nos vamos,
movidos por la ilusión y el frío,
entregados al sueño y con la mente en el futuro,
así se quedan detrás, los pilares donde se han tejido las alas.
Con un poco de hambre y un poco de estrés,
hacemos del desierto nuestra morada,
la jungla nuestra almohada,
y de nuestros sueños el destino.
A veces con entusiasmo,
por momentos alimentados por el desafio,
otro tantos con lágrimas en el alma,
y queriendo volver el camino recorrido.
Pero siempre felices de ver un nuevo amanecer,
como la tierra que nos ve y la luz que nos transforma,
agradecidos con la tierra, con la luz y con la sombra.
Cuando a la tierra se vuelve a sentir las raícez,
con sus colores, sus secretos y matícez,
se respira de nuevo la esencia dvivina que nos diste,
Bendigo la tierra que esta tarde me recibe.
La tierra, que es todo y que es nosotros,
que de ella brotamos y en ella por siempre descansamos,
para volver a ella para alimentar al campo,
para que nuevos sueños a la luz vuelvan a nacer,
y en ellos todo, siempre viva y crezca otra vez.
El sol le dice a la tierra:
¿Porqué te llevas a quienes de ilusiones les lleno el canto?
Contesta la tierra:
Porqué la luz me alimenta, pero ellos son el acto donde conozco mi esencia.
– y, ¿Porque te llevas a los que a la luz admiran y respetan?
Porque ellos alimentan el alma, de todos aquellos que cuidan la tierra.
Tú eres la transformación de mis venas.
Luz es a los angeles lo que el ángel a los que viven en la tierra,
al hombre la luz lo trae y le devuelve a la madre tierra.
Por ese ángel que ahora llega,
trayendo luz a los que por ahora,
vivimos en la tierra.
Hasta siempre abuelito 🙂