18 de diciembre de 2015 – (Escrito originalmente en esta fecha)
Estoy cerrando el ciclo en la hermosa Ciudad de México.
Como siempre, siento que la he disfrutado plenamente.
Es la hora de ir a Buenos Aires, no si antes pasar unos días en la playa con viejos amigos, con intención de recordar las razones detrás de todos los sueños trabajados.
Es momento de guardar silencio y mirar alrededor. Ha sido tanto lo que se ha quedado atrás y el tiempo implacable no se detiene. Los días se vuelven una suave continuidad, un sueño mientras se está despierto.
Mis alrededores, mis amigos y las historias que se escuchan en sus calles. Los días que se caminan de lado a lado para encontrar las cosas más simples de la vida.
Son tiempos de celebración, de fiesta y de cambio. Todos los seres vivos experimentan una especie de excitación por sentir que se vuelve indudablemente, una parte esencial del motor de todos los seres vivos para seguir creciendo
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