Un día nací, eso pasó, me siento un poco mal de no recordarlo,
en fin, eso fue lo que sucedió.
Alguien una vez me dijo que las hadas si existen,
y que las personas no cumplen años hasta que se les cantan «Las mañanitas» y se parte el pastel,
alguien me abrazo y se colgó de mi cuello.
Bailaste y te mirabas al espejo,
todos bailaban para ti,
me has dicho que estabas pensando en mi,
me has visto mirarte desde un espejo que no existe.
Llegaste lleno de alegría,
a mostrarnos las notas correctas,
y explotamos en la pista,
en una ruleta imparable de colores triangulares.
Me envolviste en tu neblina,
y tu brisa helada,
tu gente buena,
la inocencia y el hartazgo,
de una realidad lejana.