Espero impaciente por una respuesta,
una afirmación que calme mi sed,
una palabra que cierre la llave por la que me fugo.
Impaciente guardo silencio y busco consejo,
me pierdo entre tantos ruidos silenciosos,
paso saliba y te pienso una vez más.
Quedan ahí mis cuerpos impacientes,
Entre las horas que pasan y los días que pasaron,
En el aire busco los dejos de tus manos en mi piel.
Vuelve pues a las distancias,
de aquellos besos que soñé,
Trae de nuevo a esas tierras tu fé,
yo esperaré en tensa calma.
Que al morir los hombres sonríen los ángeles,
y al morir miraré tus ojos en lo invisible,
te besaré en silencio y me limitaré a callar,
abrazado a tus alas saldremos huyendo.