Entre las lineas rojizas caminas lejos de todo,
estan las llamas del alma pidiendo a gritos tus besos,
cuando los lobos se acercan demasiado y pueden oler tu aroma,
se deshojan los labios del tiempo esperando en la incertidumbre.
De nuevo vuelven al miedo los pasajes rojizos,
y vuelan hacía los recuerdo tuyos,
de golpe se vuelven grises los aullidos y me vuelven loco,
como sintiendo sus dientes en tu cuello.
Al fin me libro del miedo y camino hacia esos horizontes,
y sólo arrancándome los ojos dejo de verte,
mis muertos nervios te mandan un mensaje en secreto,
mientras la carne fresca atrae de nuevo a la melancolía.
Me quedo sentado a la mitad del camino,
con un pie hacía adelante y el otro eternamente dando vueltas,
Vuelvo mis ojos hacía donde se posaba tu rostro,
y sólo se ven horizontes rojos.