La comida mexicana

Ah.. la comida es uno de los placeres más hermosos de la Tierra. al alcance de casi todos los seres humanos y tan sencillo o tan complejo como cada quien lo desee, los sabores son como violines que le llevan una serenata a mi lengua, mis cachetes y mi estomago.

Tan suave como una pluma y tan pesado como una roca, la combinación de sabores de colores, de los insectos machacados y enteros, de chiles asados y molidos, las salsas tan verdes o tan rojas, la carne asada, dorada, suave y jugosa. El queso acompaña como el bajo al rock & roll, las tortillas ponen todo nuestro mundo en un taco tan grande como nuestras manos y bocas se lo permitan.

Que gusto es sentarse a la mesa a saborear una fiesta mexicana de colores y risas, casi puedo escuchar los murmullos de celebración cuando se van por mi boca así mi corazón.

Buen provecho.

La felicidad involuntaria

Envueltos en tanta cosa, y en medio de tanto estrés citadino es invaluable obtener un poco de esa sabrosa felicidad involuntaria.

Cuando de repente te sientas frente a la tele y ves a Homero decir: «…» o cuando encuentras dinero en los pantalones que estaban sobre el sillón o comer la última galleta de la caja o… podría seguir eternamente mencionando esos pequeños detalles de la vida que son insignificantes pero que nos llenan de una dicha dificil de describir.

Es una alegría profunda y callada, una sonrisa como quien acaba de resolver un crucigrama en su cabeza, aunque nunca lo plasme en la realidad.

Ahh… en honor a esa felicidad involuntaria que nos abraza de manera tan aleatoria y tan efímera les comparto un poco de esa vibra que aún se respira a mi al rededor.

Saludos