Oh Dios de los hombres del monitor,
cubre sus enormes ojos para que no escuchen,
el canto libertario de los hombres conscientes.
Deja afònicos a los que claman armonia universal,
Elimina a los que guardan esperanzas en sus fuerzas humanas,
Ahorca el espiritú de los oprimidos que creen en el mañana.
Te rezo con el mismo fervor que los cristianos,
la diferencia es que estoy convencido que tu no existes,
y aunque sacrificará mi vida en mi llamado.
No podrá jamás nada, arrancar la perfección natural,
aunque los hombres se desvanezcan.