Poema. no 16

Cuando tienes que hablar,
porque es muy tarde para gritar,
pero además no hay nadie con quien hablar y tienes que escribir,
se siente una extraña y sorda liberación.

Con suaves movimientos de mi cabeza,
me detengo y trato de respirar profundo,
Un tremendo vacío en mi estomago,
y busco mirarte a ti.

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