Este es un día como todos. Te cuento, hoy desperté temprano por la mañana y desde la cama empecé a ordenar mi día. Unas cuantas llamadas para agendar unas reuniones, de repente una llamada se vuelve todo un pitch de venta así que me entrego y busco cerrar esta oportunidad. La emoción me hace saltar de la cama.
Un poco de agua y reviso los textos que me han regresado por plagio. Es dificil escribir descripciones de productos parafraseando oraciones tan directas como: hechos con una suela de caucho ultraligera.
Pero me sacudo la sensación de fracaso los corrijo fácil y lucidamente, quedaron mejor que cuando llegaron. Aprovecho la inspiración y noqueo algunos textos más, son descripciones breves, 90 a 100 palabras, todavía puedo hacer unos cuantos más.
Es hora de mirar alguna serie, tengo que empezar la tarea de la maestría, una presentación para un cliente y una negociación con un cliente que me dice: ¿Y si solo lo subimos a Youtube y les paso el enlace? Afortunadamente Suits tiene como 11 temporadas y aún voy en la 7 así que disfruto de sus capítulos como si fueran palomitas.
Pero antes, un poco de meditación. Esta semana debo empezar a trabajar el reconocimiento del nombre de mi ser superior, es un ejercicio de un curso que tomé hace algunos años y te ayuda en el proceso de unificación. Silencio, ruido, silencio, miedo, dolor, risa, ira y de nuevo miedo. Unas respiraciones y todo se acaba.
El sol golpea con tanta belleza mi ventana, mis amigas las plantas sonríen con tanta fuerza que la felicidad es contagiosa.
Escribo con fuerza, mientras escrito las elegantes conversaciones que los escritores de esta serie, Christopher Tyng y me pregunto si realmente las personas pueden desarrollar personalidades tan afiladas y exactas en sus interacciones… claro que no, por eso nos gusta ver esto. La realidad es torpe y grasosa.
El día transcurre con elegancia, una gran cantidad de pagos, cuentas, saldos pendientes y nuevas inversiones cruzan por mis cuentas y mi dispositivo móvil mientras los hilos invisibles que soportan estoícamente esta hermosa fantasia en dónde habitamos este mundo material, un día mas de caminar y de disfrutar el día, el camino y la vista.
Buenas noticias en el trabajo, nuevas actividades a realizar, nuevas oportunidades de leer. Si me tengo que bañar por más que desee terminar un capítulo más, preparo la ropa mientras le robo unos minutos más al capítulo. Esta tarea no se va a terminar hoy, pero podemos estar orgullosos del avance, es sin duda prometedor, el tema: Planeación estratégica.
Nada tan delicioso como el agua caliente en la piel y el sol del otro lado, con mucho agradecimiento por estar vivo siento como mi vida se renueva en ese torrente de agua que me golpea, me besa, me abraza, me transmuto, me cura, me limpia y me transforma en energía que fluye.
El lunes tuve una terapia, en palabras de mi maestra: La más importante de mi vida. Y estos días habré de recapitular la relación de mis padres, y las relaciones con mis parejas. Por ahora me envolveré en una toalla y secaré mi cuerpo al ritmo de cualquier cosa que suena delicioso.
Estoy listo para volar, todas las cosas están listas en la mochila, reviso por ultima vez lo tengo todo, cargo la bici y salgo. Ya en la calle me doy cuenta que olvidé el candado de la bici… y decido dejarlo todo ahi en la banqueta – Será sólo un minuto. Piensa mi persona más inocente del universo y corro con fuerza y subo en chinga a mi cuarto por el candado mientras dejo todo ahí, mi mochila, mi bici con mi cel en la montura y mi cartera en la parte de encima de la mochila. Subo y bajo en menos de 30 segundos el universo se perdió la oportunidad de tomar si quiera una pluma de mi plumaje.
El sol pega delicioso, puedo sentir que mi bici necesita mantenimiento, también hago consciencia que se me olvidaron las luces, aunque debo decir la luz, porque la trasera se la chingaron, por no quitársela al llegar ahí al estacionamiento, por desear confiar en mis queridos hermanos de Iztacalco y en el cuerpo de seguridad de la plaza, pero bueno, ¿Porqué será que siempre hay algo que se me olvida?
El tráfico se ve mejor desde una bici, es como volar y ser omnipresente, puedes pasar prácticamente entre todo y entre todos, con poco esfuerzo el vehículo avanza y atraviesa los ríos de autos y personas molestas y atrapadas en sus inversiones en transporte... Ya lloverá y serán ellos los que se burlarán de mis decisiones de transporte.
Del camino cruzar por la Narvarte y la Alamos, es de las partes más bellas del recorrido. Me encanta mirar por las puertas abiertas de los grandes edificios y mirar cómo se escapa la luz por las ventanas y las escaleras, asomando los entre patios y algunas otras cosas lúgubres pero bonitas. Balcones viejos, estilos antiguos y mucho verde. Altos arboles y flores en los camellones, es un placer rodar bajo la sombra de su abrazo sagrado.
Luego viene el paso a desnivel de Tlalpan que si ha llovido es bastante de la verga porque es imposible que el lodo no te salpique todo y por todo el cuerpo, así que con resignación ya sólo espero agarrar velocidad y bañarte de esa asquerosa y refrescante agua de charco.
To be continued…